«Vengo a A Coruña a cuidar a mi tía enferma, y no hay autobuses»

d. Vázquez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Dolores Vázquez

Los cambios y las restricciones en las líneas de transporte en la comarca provocan quejas de los usuarios

22 mar 2020 . Actualizado a las 20:50 h.

Desconcierto, largas esperas y cierta dosis de cabreo era la tónica general ayer en la cola de pasajeros que se formó al mediodía en la parada de Entrejardines, una de las paradas de los buses metropolitanos. Una hora antes no se veía a nadie, solo el cartel con los nuevos horarios pegado en la marquesina. Las restricciones en el transporte público de la comarca que arrancaron ayer, siguiendo las directrices de la Xunta, fueron alertadas ya el martes por algunos conductores para poner sobre aviso a los viajeros, y también se informó a través de la web de las empresas, pero para muchos la rutina del trabajo no les permitió acomodarse.

Diamantina Pascual y Eduardo Edreira eran dos de los viajeros que hablaban a una distancia prudencial en la parada, mientras esperaban la llegada del bus, y reconocían que ambos sabían los cambios. «Estamos informados y desesperados», indica Diamantina, que se trasladó por la mañana a trabajar a A Coruña y cogía el transporte de nuevo para ir a continuar su jornada como empleada del hogar a la urbanización Rialta, en Oleiros. Su jefe le llegó ofrecer abonar él el párking, para facilitarle los traslados, pero considera que es un exceso y optó por el transporte público. En su caso, perdió el primer bus. «Paró, pero el conductor me dijo que no se arriesgaba a llevarme», indica sobre las restricciones también del número de personas que pueden acceder por vehículo. «Culpa do chofer non é», interviene Eduardo, reconociendo que los conductores tienen que atender las normas para evitar las multas. «Eu levo dúas horas e media aquí esperando, dende as dez, vin do médico, para non me atender. Vin no das sete e vinte cinco pola mañá», indicó por su parte este vecino del centro de Sada, que también vio cómo su bus dejó a otros clientes por el camino para no superar el actual aforo.

Asicasa cifra en un 85 % la caída del número de viajeros y el transporte de Arteixo, en un 70 %

El conductor del bus de Autos Cal Pita-Asicasa que los llevaba de vuelta, provisto de mascarilla y guantes, explicaba a todos los pasajeros las nuevas normas, que también están colgadas en el cristal situado detrás de su asiento. «Deberá dejarse libre la fila de asientos inmediatamente posterior a la zona del conductor, asimismo han de alternase las filas de asientos y en las plazas de pie deberá respetarse la distancia de seguridad recomendada por Sanidade», indica el papel que hasta lleva un dibujo para su mejor comprensión. En el caso de ese autobús antes tenía capacidad para 82 pasajeros, tanto sentados como de pie, y ahora queda reducido a 12, una cuestión que complica las recogidas.

En ese bus se subió también Ángel Guijarro. «Yo estaba en Santa Cristina, no sabía el cambio de horario y tuve que coger un taxi al final», apunta y puntualiza «vengo a A Coruña a cuidar a una tía que es enferma terminal». Explicó que tiene que hacer el trayecto todos los días, pero esta vez «no había autobuses».

Esta situación tiene una repercusión directa en el número de viajeros. En el caso de Asicasa las restricciones de plazas y también el confinamiento de muchos usuarios ha reducido en un 85 % el número de los que transporta. En el caso del servicio municipal de Arteixo, también afectado por las medidas para evitar que el coronavirus se expanda, provocó una bajada del 70 %.