Las obras públicas mantienen el pulso a pesar del coronavirus

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

ANA GARCIA

La mayor parte de las grandes actuaciones se desarrollan en Carballo y A Laracha

19 mar 2020 . Actualizado a las 16:02 h.

El coronavirus no ha hecho mella, de momento, en las grandes obras públicas que se llevan a cabo en la Costa da Morte. Con la salvedad de algunos mantenimientos municipales, el grueso de los proyectos siguen adelante, obviamente extremando las precauciones de los trabajadores: desplazamientos en el propio coche, comida en casa, distancias de seguridad, mascarillas...

En Carballo, los obreros siguen con las interminables obras de las calles Luis Calvo y Barcelona, además del colegio Fogar. También con el remate del entorno de A Milagrosa, la traída de agua a Oza y Razo, o los servicios básicos en la avenida de A Revolta, actuación municipal previa al carril bici que instalará la Xunta.

En A Laracha hay muchos trabajos activos en los cascos urbanos y el rural: el centro sociocultural de A Laracha, aglomerado y pintura en el recinto del Campo da Feira de Paiosaco, accesos a la playa de Caión, renovación de la calle larachesa David Mallo, carreteras diversas en Soandres, San Román o Vilaño...

En Malpica, por su parte, está aún sin terminar la avenida central. En O Ézaro comenzó la contrucción de la gran pérgola anterior a la cascada, pero no hay obras en la plaza en la que irá, sino que de momento la estructura se monta en el taller. En Coristanco hay obras licitadas por más de 650.000 euros para las próximas semanas.

En muchos otros concellos, obras y expedientes de contratación se detienen, al igual que las obras, como en el caso de Vimianzo.

Mediciones en Laxe para realizar el dragado del puerto

En el puerto de Laxe se están llevando a cabo los trabajos preparatorios para el inicio del dragado. Una empresa especializada lleva a cabo mediciones del ruido submarino con el fin de establecer los períodos de realización del drenaje y dar cumplimiento de este modo a la declaración de impacto ambiental. Los controles se llevaron a cabo dentro de la zona portuaria y en el fondo de la dársena.

La obra consistirá en retirar 57.300 toneladas de material rocoso y arenoso con el fin de contrarrestar los riesgos que asume la flota a causa de la falta de calado, así como los efectos producidos por las olas largas que llegan al interior del área portuaria. La obra costará 3,6 millones de euros y fue muy reclamada por los profesionales del mar. En Portos consideran que «permitirá que haxa un calado suficiente para o fondeo seguro dos barcos en determinadas condicións de fortes variacións do nivel de auga dentro do porto». El objetivo es alcanzar cinco metros de fondo en la dársena, y tres junto, a la lonja.