«Nos exponemos al virus, pero estamos ofreciendo un servicio a la sociedad de Lugo»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

María del Mar, de Frutas y Hortalizas en la Praza de Abastos de Lugo
María del Mar, de Frutas y Hortalizas en la Praza de Abastos de Lugo Óscar Cela

«Se viven momentos de estrés y nervios», reconocen los comerciantes que pueden abrir, que se adaptan al cliente

18 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay miedo en Lugo, casi tanto a contagiarse con el coronavirus como al frenazo económico, pero a la vez hay un espíritu de servicio público. Los comerciantes lucenses que tienen permiso para abrir -una vez superada la fase de pánico y caos comercial del viernes y del sábado pasado- han tomado las medidas para evitar el contagio, con distancias de seguridad, mamparas y mascarillas- y a la vez se adaptan a la nueva situación, tanto con flexibilización de horarios como con la atención telefónica y pedidos a las personas que no pueden salir de casa.

«Se están viviendo momentos de estrés y de nervios, por todos, porque tenemos miedo al contagio del virus, pero estamos ofreciendo un servicio a la sociedad», explica Juan Carlos, dueño del estanco de la Rúa San Pedro, quien a la vez reconoce que mira a su alrededor «y veo otros comercios y hosteleros que han tenido que cerrar y que si ya estaban mal, esto puede ser la puntilla».

De la misma manera se explica Melanie, trabajadora de Óptica y Ortopedia La Milagrosa en Fonte dos Ranchos: «Tenemos miedo al contagio, pero hay que colaborar en lo que podamos, porque ya han venido personas con urgencias ortopédicas o ¿si a un médico o enfermera se le rompen las gafas o necesitan lentillas?».

Melanie, de Óptica La Milagrosa
Melanie, de Óptica La Milagrosa SUSO VARELA

Marta, de la Farmacia Rueda, en Bolaño Rivadeneira, reconoce que se van adaptando «tras unos días de muchos nervios», y que reciben numerosas peticiones de mascarillas, geles y guantes, además de que garantizan que se mantiene el suministro de medicamentos.

Lo mismo confirman los empresarios de la Praza de Abastos, tras vivir el viernes y el sábado una locura de clientes: «Tiven que ir o domingo a Mercacoruña porque me quedara sen nada, sobre todo calabacín e cenorias. Debe ser porque hai nenos na casa. Agora xa se vende menos», explica María del Mar de Frutas y Hortalizas, preocupada porque su mercancía es perecedera.

Ovidio González, vendedor en la Praza de Abastos en Lugo
Ovidio González, vendedor en la Praza de Abastos en Lugo Óscar Cela

Incertidumbre

Su puesto, al igual que el resto de la Praza de Abastos, ofrecen productos de primera necesidad pero ya están sufriendo la crisis: «De salud estamos bien, pero no para tirar cohetes. El fin de semana fue una locura pero ahora...», señala Ovidio que desde su puesto de pescadería sufre la caída brutal del principal cliente: la gente mayor.

José, carnicero de la Praza de Abastos en Lugo
José, carnicero de la Praza de Abastos en Lugo Óscar Cela

Los jubilados son los principales consumidores de la carne, pescados, hortalizas y pan que se venden en la Praza de Abastos, pero como se les recomienda que no salgan de casa, los placeros no ven un futuro halagüeño. Y más en una jornada como la de ayer martes, día se mercado semanal, y que estuvo cerrado.

Gloria, de panadería Illán en Lugo
Gloria, de panadería Illán en Lugo Óscar Cela

José, de Jamones Cordero, mientras corta los filetes para una clienta con una mascarilla, reconoce que ha caído la demanda, pero lo palían con encargos y entregas a domicilio, y afirma que no hay desabastecimiento de alimentos. Lo misma recalca Gloria, de Panadería Illa, que entre cliente y cliente va limpiando el mostrador y recuerda que el pan está garantizado.