Mairena, epicentro del ventaneo

SOCIEDAD

Cedido

Una urbanización de la localidad sevillana exprime las opciones de ocio para aliviar el encierro, que se propagan por el país

16 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La culpa fue de Gonzalo y su obsesión por el ejercicio. Él invadió el sábado el grupo de WhatsApp de la urbanización para lanzar una propuesta insólita: «Se me ocurre daros una clase de fitness. Os espero a la 1 en los balcones». Así; en pleno encierro, con los vecinos confinados en sus casas y el país en estado de alarma.

Por supuesto, a las 13 horas, cuando el instructor se encaramó puntual la azotea del centro social, decenas de residentes esperaban ya en pantalón corto y camiseta de colores; ese atuendo imprescindible para hacer deporte al sol. «¿Quién me pone la música?», preguntó Gonzalo, y enseguida empezó a tronar un altavoz. Así se hizo viral por primera vez la trinchera contra el coronavirus de Hábitat Bulevar. Una comunidad de 123 inquilinos en Mairena de Aljarafe (Sevilla) convertida en protagonista de las redes sociales por su ejemplar reacción a los efectos colaterales de la pandemia mundial. «Estoy alucinado», confesaba por teléfono este caudillo de la resistencia a la monotonía, orgulloso además de la sintonía vecinal: «Algo había que hacer para colaborar en una situación como esta, que nos tiene a todos encerrados y se sale tanto de lo normal. Llevamos en la urbanización menos de un año, y el colectivo de gente es espectacular; si no, no habría sido posible».

Tampoco lo que sucedió después. Porque el epicentro del ventaneo, ese movimiento solidario que lleva a cientos de confinados de todo el planeta a asomarse a la calle y alegrarle el encierro al barrio, no iba a contentarse con un poco de fitness matinal. Ya puestos: «Lo próximo va a ser un bingo», lanzó otro vecino. Y el guante cayó en el Tercero B.

Lo recogió Cristóbal, que se encontró con un reto extra. Una cosa es dar saltos y hacer sentadillas, para lo que basta con el atuendo apropiado, y otra organizar una actividad que exige compartir material. «Lo difícil era recaudar el dinero y repartir los cartones sin tocarnos, para evitar contagios», detalla, también por teléfono, el binguero mayor de la urbanización. Había llegado el momento de que la tecnología apoyara a los más rudimentarios elementos del ocio popular. Cristóbal contaba con un pequeño bombo y un juego completo de bolas y tarjetas. Los móviles bastarían para distribuir números y recaudar.

Se preguntó a los vecinos quiénes pretendían participar y con cuantos cartones quería entrar cada uno. No costó mucho llegar al medio centenar. A un euro por cabeza, que se recolectó a través de una aplicación mediante la cual sería posible pagar además a los agraciados.

A partir de ahí, se numeraron las tarjetas y se les hicieron fotos que fueron distribuidas por WhatsApp. Para evitar tongos o deslices, se creó incluso una hoja de Excel con la que llevar el control. El bingo podía rodar.

«Saqué el bombo a la ventana para que lo vieran y me puse a cantar números. Por si acaso, mi mujer los iba escribiendo en el grupo, pero que se escuchaban bastante bien con mi vozarrón». No hay vanidad en las palabras de Cristóbal. Del volumen da fe un nuevo vídeo que ha visto casi cualquiera que siga con cierta asiduidad una red social. Es ya parte del imaginario del confinamiento, como aquellos que retratan a músicos, más o menos famosos, compartiendo su arte por la ventana; a comunidades coreando unidas himnos patrios; o a centenares de ciudadanos agradeciendo en un aplauso la labor de quienes velan por su salud, por su seguridad, y por que las necesidades más básicas queden cubiertas, arriesgándose a enfermar. Este lo grabaron Jorge y Eli, que no obtuvieron más botín que el de una producción viral y un buen rato de diversión.

Los trece euros de la línea se los adjudicaron Iván y Laura; los 37 del pleno, Cristina y Antonio. «Todo lo que recaudamos se repartió otra vez, no creo que Hacienda deba intervenir», bromea el dueño del bombo, que giró, claro, por segunda vez. Línea para Mario; bingo para María José. No ha habido por ahora más sesiones, porque «tampoco se trata de cansar a la gente el primer día, que esto va para largo». En Mairena seguirán pariendo ideas. Referentes del ventaneo nacional.