Empresas gallegas que crean oficinas en la nube: «Hemos recibido más peticiones de clientes en unos días que en todo un año»

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

María Pedreda

Este tipo de firmas tecnológicas están saturadas por la demanda tanto por parte de academias o institutos como de empresas que quieren mantener sus datos y conversaciones a salvo

17 mar 2020 . Actualizado a las 14:36 h.

Seguro y sencillo. Ese es el lema de una de las empresas gallegas que más está trabajando en los últimos días. Todas son startups que convierten las oficinas físicas en oficinas en la nube. La recomendación de teletrabajar por la pandemia de coronavirus ha desbordado sus previsiones.

Van Mullen Meetings no deja de recibir llamadas de todo tipo de organizaciones. Lo suyo es unir a trabajadores y clientes a través de videoconferencia con un solo click. «Las organizaciones no pueden parar. Se está notando mucho», dice Luis Jurado, uno de sus fundadores. Su servicio le proporciona a las firmas un simple enlace.

Con solo acceder, pueden conectarse a través de vídeo y voz con tener a mano un ordenador o un móvil. «La gente no puede enfrentarse a procesos de instalación, ni esperar. El servicio es inmediato, permite las reuniones de multitud de personas con solo darse de alta en la plataforma». La facilidad de comunicación no es el único factor que ha hecho que su trabajo se multiplique. La clave está en la seguridad. «Lo que están haciendo el 80% de las empresas es la maniobra de los escritorios remotos. Dejan el equipo encendido y se conectan con otro desde donde están. Sería necesario conectarse a través de un túnel cifrado. Que nadie de fuera pueda acceder a tu computadora. Lo que no puedes dejar es un sistema control remoto abierto a Internet para todo el mundo. La gente va a aprender por las malas», explica Jurado.

Van Mullen Meetings usa todos los protocolos de seguridad, además de cumplir las medidas de la Agencia Española de Protección de Datos. «Estas comunicaciones pueden dejar la puerta abierta a aquellos que quieran conocer los secretos corporativos. Incluso la descarga de información por parte de empleados desleales. Muchas conversaciones con confidenciales, así como decisiones que requieran de cierta seguridad». Otro de los aspectos que generan confianza de las compañías es que los datos no quedan alojados en plataforma alguna. «Pasan de un dispositivo a otro a través de la conversación, pero no quedan en nuestros servidores».

Legalmit es otra de las firmas gallegas especializadas en crear oficinas virtuales. Desde que el jueves anunciase el presidente de la Xunta la suspensión de las clases, no han parado. «Nos han llamado más en unos días que en todo el año pasado», dice una de sus fundadoras, Leticia Seara. «Están siendo días tremendos en lo que tiene que ver con las aulas virtuales. Ofrecemos a escuelas, academias o institutos, formación por videoconferencia, streaming, los profesores pueden subir un catálogo de formación, hacer un deadline de deberes o corregirlos. Los alumnos pueden hablar a través de un chat», explica. Todo funciona a través de software por lo que lo ni empresas ni instituciones tienen que esperar para seguir su actividad.

«Configuramos las aulas enseguida. No son productos a medida, que pueden tardar seis meses». Lo que hacen es convertir el espacio físico del día a día en un espacio virtual, «con todos los procesos, con todos los clientes y con todos los empleados integrados». Todo lo que tiene que ver con las compañías se hace también «de forma protegida»: «Ya habíamos notado la demanda desde Madrid o Barcelona, pero aquí se ha acelerado todo en los últimos días. La gente no sabe por donde tirar y las empresas buscan opciones para no parar».