El temor al desabastecimiento vacía algunas de las estanterías de los supermercados gallegos
13 mar 2020 . Actualizado a las 11:15 h.Los empleados de las grandes cadenas de alimentación están recibiendo en Vigo a cientos de clientes que hacen compras. Es el primer día que sucede desde que estalló la crisis del coronavirus y responde a la posibilidad de tener que quedarse varios días en casa. La estampa supera con creces a la de los veraneantes, cuando hacen acopio de productos para llenar las neveras de las casas alquiladas en las Rías Baixas.
Aunque no se observaban grandes colas, sí eran visibles estanterías completamente vacías en casi todos los centros comerciales.
En el Carrefour de Gran Vía escaseaba el pan de molde. En el Eroski de la avenida de García Barbón, las únicas estanterías desabastecidas son las de plátanos y las de papel higiénico, comprado con la misma pasión que si Scottex fuese un doctor salvavidas, mientras que en el Gadis que está a escasos metros del otro, sobra papel y escasean las bandejas de carne y la lejía.
Un señor con una bolsa de peras conferencia en la mano espera alucinado a que le cobren mientras comenta por lo bajinis el panorama : «¡Manda carallo!». No se advierte nerviosismo, pero sí cierta tensión. En las pequeñas tiendas, en los colmados de siempre, que quedan pocos, pero aún quedan, hay de todo. Incluso tiempo para largas parrafadas. La vida sigue llevando ahí otro ritmo y otro temple.
En A Coruña
El temor al desabastecimiento doméstico empujó también a los coruñeses a los supermercados, donde las estanterías con huecos vacíos comienzan a ser también una imagen repetida.
Desde la distribuidora Gadisa confirmaban este jueves un «repunte importante» de la venta al que prevén hacer frente sin problemas porque «en estos momentos nuestro estocaje es suficiente», si bien reconocieron haber sufrido «problemas puntuales» con algunos productos, especialmente el papel higiénico, que «subsanamos en 24 horas».
La venta on line también se incrementó y el portal demoraba ayer las entregas hasta el 18 de marzo, cuando generalmente se realizan en el día.
En supermercados como el situado junto a Tráfico, en Cuatro Caminos, en la calle Doctor Moragas, los empleados reconocían un aumento inusitado de pedidos: «En 32 años que llevo trabajando no he visto cosa igual, ni en Navidad tenemos tantos», subrayaba una empleada. Si diariamente servían una media de diez, en esta ocasión fueron 50.
También en el establecimiento de la cadena en la calle Menéndez Pelayo recogieron en una sola jornada 158 pedidos y en un centro comercial de la ciudad a las 12 del mediodía del miércoles se vieron obligados a dejar de recoger más demandas de compra ante la avalancha de peticiones.
El papel higiénico es un bien que escasea en los supermercados del centro de A Coruña. Los estantes donde se ubica este producto están prácticamente vacíos. Ocurre algo similar con el papel de cocina y los pañales. Aún así, era posible comprar estos artículos pasadas las 18.30 horas. En lo que respecta a productos de alimentación, también se percibía el efecto que el coronavirus ha tenido en la población. Estanterías que suelen están repletas de leche, arroz, pasta, aceite, fruta, verdura, pan de molde o agua en cualquier momento del día presentaban un aspecto muy diferente al habitual, ya que podían verse espacios vacíos. Incluso en las cámaras frigoríficas destinadas a conservar los alimentos congelados ya no se podían encontrar diversos productos. Empleados de algunos supermercados se afanaban en reponer mercancía y en atender a la gran cantidad de coruñeses que a media tarde estaban haciendo la compra.
En Ferrol
Colas y muchos carros llenos en los supermercados de Ferrol y la comarca, donde algunas estanterías se quedaban vacías a pesar de la incesante reposición de artículos. Es el caso de algunas áreas de fruta, la pasta y el arroz, de los productos más codiciados junto con la leche y el ya famoso papel higiénico. «No paramos de reponer y se vacía cada poco», explicaba la tarde de este jueves una trabajadora en prácticas de una gran superficie comercial de A Gándara, en la frontera entre Narón y Ferrol, donde algunas personas hicieron la compra con mascarillas, en algunos casos confeccionadas por ellos mismos en casa.
Un grupo de trabajadores asiáticos también pasó por esta gran superficie protegiéndose la cara y también hubo familias que renovaron artículos de casa como sillas de estudio para los más pequeños. «Estamos haciendo más compra de lo normal, pero también hemos tenido que ir a varios sitios, porque hay supermercados, como los Mercadona, que están completamente vacíos», confesaba María, la madre de una familia que pasará muchas horas en casa en los próximos días.