PSA limita los viajes de trabajo por el coronavirus y aplica restricciones a visitantes procedentes de zonas de riesgo

La Voz REDACCIÓN / EUROPA PRESS

SOCIEDAD

Fábrica de PSA Citroen en Vigo
Fábrica de PSA Citroen en Vigo M. MORALEJO

Un equipo de seguimiento analiza a diario la situación ante posibles repercusiones en el área logística

01 mar 2020 . Actualizado a las 09:32 h.

El grupo de automoción PSA ha puesto en marcha un protocolo de medidas de prevención y actuación ante la expansión del coronavirus, que se aplica en todas las factorías y centros, y que incluye limitaciones en los viajes internacionales de trabajo y restricciones a los visitantes procedentes de zonas de riesgo.

Según ha comunicado la multinacional, ha elaborado una lista de países con zonas de riesgo, como la China continental y Hong Kong, Macao, Singapur, Corea del Sur, Italia e Irán. Los visitantes procedentes de esos países tendrán restricciones en el acceso a los centros del grupo, y se ha pedido a todas las personas que vengan de esos lugares o que hayan estado en ellos en los últimos 14 días que eviten entrar en las plantas de PSA.

Con respecto a los empleados que puedan haber tenido contacto con el coronavirus, bien por haber estado en esas zonas de riesgo o por haber tenido contacto con personas que han viajado allí y han sido diagnosticadas, PSA ha indicado que «deben ponerse en contacto inmediatamente» con los servicios médicos de su centro de trabajo.

PSA también limitará los viajes internacionales «a las misiones estrictamente esenciales» y deberán ser «validados por la dirección de las áreas». «Del mismo modo, cuando sea necesario viajar, solo se podrán organizar reuniones estrictamente imprescindibles en los emplazamientos del grupo PSA o en otros lugares», ha añadido fuentes de la compañía.

Tras recordar que las recomendaciones para la prevención de la gripe (evitar contacto físico, lavarse las manos regularmente o estornudar en la parte interna del codo) «son válidas también en este caso», PSA ha informado de que la Dirección de Supply Chain ha establecido un protocolo específico para los transportistas provenientes de áreas de riesgo. Así, ya se están aplicando medidas para evitar el contacto entre los conductores procedentes de zonas con circulación activa del virus y los trabajadores de los centros.

Finalmente, y con respecto a las posibles repercusiones de la crisis del coronavirus en el área logística, PSA ha informado de que mantiene «un equipo de seguimiento que analiza a diario la situación». «Existen tensiones, pero no se prevén efectos a corto plazo sobre la actividad», han añadido fuentes del grupo.

El coronavirus infecta a la economía china

El Gobierno de Perkín aprueba un plan para recuperar la actividad en todo el país ante el temor a que no se puedan cumplir las previsiones de crecimiento para este ejercicio

María Puerto

El famoso restaurante Quanjude, en el turístico barrio de Qianmen en Pekín, cerró sus puertas hace unos días al igual que la mayoría de los lugares públicos y de ocio de China por la epidemia del coronavirus Covid-19. Es toda una institución en la capital y su famoso pato laqueado uno de los símbolos de la gastronomía china. Fue fundado en 1864, durante la dinastía Qing, y alardea de haber unido su historia a la de la China moderna. Ni la Revolución Cultural consiguió cerrar sus hornos de leña. Solo se atrevieron a cambiarle el nombre. Con la llegada de las reformas, y siguiendo la estela del desarrollo chino, se amplió el local, se abrieron franquicias por todo el país y se expandieron por el mundo.

Pero el coronavirus ha conseguido que ni siquiera el anexo que vende pato para llevar abra las persianas. Los candados en su puerta simbolizan el cierre, o al menos el delicado momento, que vive la economía china. El país lleva más de un mes paralizado, con el transporte restringido y la población enclaustrada sin trabajar para contener los contagios. La epidemia ha prolongado el período habitual de vacaciones de año nuevo que ya de por sí ralentiza la producción industrial.

El consumo, que se dispara durante las vacaciones, se ha hundido y el sector turístico está en la uci, sin perspectivas de mejorar a corto plazo. Zhu Min, ex alto cargo del Fondo Monetario Internacional, calculaba en unos 196.000 millones de dólares las pérdidas de estos sectores en los dos primeros meses del año. La epidemia puede reducir el crecimiento de China en un 1,2 % en el primer trimestre del 2020.

El presidente Xi Jinping reconoció en un largo discurso televisado que se enfrentan a la peor crisis sanitaria desde la creación de la República Popular en 1949, y que tendrá un «impacto considerable en la economía y la sociedad». Pero advirtió que es prioritario reanudar la actividad.

El mensaje fue claro: reactivar la economía empieza a ser más acuciante que frenar el virus. Por eso inmediatamente se empezaron a relajar algunas medidas de cuarentena en provincias como Guandong, de donde salen la mayoría de las exportaciones. El objetivo es propiciar la vuelta al trabajo de los millones de empleados que siguen varados en sus localidades de origen. La taiwanesa Foxconn, el mayor fabricante mundial de componentes electrónicos y que tiene sus principales fábricas en el sur de China, ha empezado a ofrecer bonus a los trabajadores que se reincorporen a las cadenas de montaje.

A pesar de los problemas, el Gobierno chino mantiene los objetivos de crecimiento, reducción de la pobreza rural y control del paro marcados para el 2020.

El 24 de febrero anunció un presupuesto de 14.000 millones de dólares para combatir el impacto del coronavirus. La decisión va acompañada de medidas fiscales, financieras y de empleo para apuntalar la economía. Y ayudas para facilitar el crédito a las pymes.

Pero para hacer posible la promesa de Xi Jinping de conseguir que a finales del 2020 el PIB sea dos veces superior al del 2010, es necesario crecer como mínimo un 5,6 % anual. Y muchos analistas pronostican que la crisis sanitaria ralentizará el crecimiento. Goldman Sachs pronostica un incremento del PIB del 5,2 % y Moody’s solo lo eleva hasta el 5,3 %.

La crisis del Covid-19 llega en un mal momento para el gigante asiático. Se enfrenta a una larga guerra comercial con Estados Unidos y también necesita resolver los problemas de endeudamiento de sus bancos y grandes empresas. El parón de las fábricas puede acelerar que las compañías extranjeras trasladen su producción a otros países.

En China todavía conviven muchas realidades y niveles de desarrollo. Una tradición ya muy minoritaria, la compraventa de animales vivos sin controles sanitarios, propia de un país poco desarrollado, ha torpedeado a la segunda economía mundial, líder en tecnología 5G, inteligencia artificial y soluciones de comercio electrónico.