A pesar de que el juez había advertido al jurado de que el veredicto no iba a suponer un referendo al movimiento #MeToo, la decisión fue recibida por los defensores de las víctimas de abuso sexual, así como el propio fiscal como un antes y después al tratamiento de estos casos por parte de la justicia. «Nos ha costado años de vaciar nuestros pulmones a gritos, incontables lágrimas para recuperarnos de los traumas y continuas movilizaciones», celebraron a través de Instagram las portavoces de la Womens March, movimiento de protesta surgido en el 2016, tras la llegada a la presidencia de Donald Trump, que catapultó el nuevo movimiento feminista. «Desafortunadamente, este caso no será el último», advirtieron.
La expectación era máxima. Profesionales de medios de comunicación de todo el mundo se arremolinaron ante las puertas del juzgado de para conocer la sentencia. Weinstein se declaró en todo momento no culpable de las acusaciones y se negó a declarar durante el juicio. El productor siempre ha mantenido que las relaciones fueron consentidas. Desde que el periódico The New York Times y la revista New Yorker destaparon sus abusos a finales del 2017, más de cien mujeres han acusado al productor de sobrepasarse con ellas.