El perro guía que sabe 500 direcciones de A Coruña y estrenó la Capilla Sixtina

Mila Méndez Otero
mila méndez REDACCIÓN A CORUÑA

SOCIEDAD

Jorge García

No es una mascota, sino un profesional con dos años de formación en la ONCE para ser los ojos de Manuel

13 mar 2020 . Actualizado a las 11:53 h.

Hay miradas. La que a José Manuel Paz (Vilalba, 1947) se le escapa cuando gira la cabeza para referirse a Heroi es de gratitud. Se quedó sin el 98 % de visión recién cumplidos los 50, hace más de veinte años, por un tratamiento médico. Su vida hizo un fundido a negro. Sus ojos azules, «o único que me queda», se empañan cuando recuerda. Al momento, las sombras se disipan y aparece una sonrisa. Un Flat Coated Retriever de pelo azabache ha cambiado su suerte. «Non hai ouro que o pague», asegura.

Heroi no es una mascota, sino un profesional entrenado para que Manuel, a su lado, sea autónomo. Llevan ocho años juntos. «Vou máis seguro con el que cunha persoa. Nunca se despista ante un obstáculo. Nas escaleiras, ponse diante para que mida a altura. Unha vez, desviouse. Non o entendía. Máis tarde, unha rapaza avisou de que había un buraco no chan», cuenta orgulloso.

Para despejar cualquier duda, hace demostraciones. Están sentados en un parque de A Coruña. «Imos ao Café París, pero pola avenida de Oza», pide. Heroi se pone en marcha. «Pode memorizar ata 500 frases que asocia a rutas», destaca Manuel. «Imos a un sitio novo e só teño que dicirlle como se chama. Quédase quieto un momento e xa está. Nunca se equivoca. Non teño palabras».

«Por repetición, asocian órdenes a objetivos. Después, son como los humanos. Los hay con mayor capacidad de trabajo. Eso también depende de la persona con la que están», explica Jorge Valle, el instructor que graduó a Heroi en la ONCE. Es conocedor de la sintonía entre Manuel y su antiguo estudiante.

MEJOR QUE UN HUMANO

Manuel escuchó la noticia sobre el falso secuestro de Pocahontas, un perra de asistencia asignada a una niña con discapacidad y movilidad reducida. Su entrenador fingió su desaparición en Aranjuez. Se queda pensativo: «Eu non son ninguén sen Heroi». La formación de un perro lazarillo para personas ciegas es la más exigente dentro de todos los tipos de asistencia. La escuela de la Fundación ONCE, en Boadilla del Monte, Madrid, es la única autorizada en España.

«Durante el primer año de vida, convive con una familia de acogida a la que se le dan unas pautas. A los 12, 14 meses entra en la escuela. Ahí lo adiestramos en función de la persona a la que va a ser asignado. En base a informes médicos, psicológicos y de movilidad decidimos a quién va a asistir. Luego hay un proceso de acoplamiento entre los dos, tanto en la escuela como en su domicilio», detalla Jorge Valle.

«Hay una lista de espera de cuatro años para los que solicitan por primera vez el servicio. Para los que renuevan, entre seis meses y un año. El coste de estos perros es elevado, en torno a 35.000 euros. Un robo de un perro de la ONCE es algo traumático», remarca el instructor.

Anticiparse a un infarto

Estos días Heroi está algo delicado, lo acaban de operar. «En agosto cumpre 11 anos. En dous xubilarano. Solicitarei outro, pero el seguirá comigo. Non hai quen mo quite», avanza Manuel. Sus ojos son el retriever. Lo conoce tan bien que un día lo previno de un infarto: «Notou que me pasaba algo e parou. Púxome a pata na perna. É tan listo...».

Ambos comparten hasta gustos. «Cando fun ao Vaticano tiven que pedir un permiso especial a Roma. Téñoo por escrito!», exclama. Heroi fue el primer perro que entró en la Capilla Sixtina y vio el fresco de Miguel Ángel. «Gustounos moito e el portouse moi ben. Dixen: ‘Ben, é católico'», bromea. La expresión ser uña y carne nunca tuvo tanto sentido.