Crecen los hogares donde los niños no pueden comer carne ni calentarse

doménico chiappe MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Las familias numerosas y las monoparentales tienen mayor riesgo de pobreza infantil, según el informe de 'La Caixa'

19 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

 La pobreza infantil se mide por la falta de acceso a algunos bienes y las condiciones de la vivienda. En España hay niños que no pueden permitirse una comida con carne, pollo o pescado cada dos días. Entre 2015 y 2018 era el 3,4% de los menores de edad. El 36% no tiene una semana de vacaciones fuera del hogar una vez al año, y uno de cada diez no tiene una buena calefacción ni sus padres pueden pagar las facturas de los servicios a tiempo. El informe El impacto persistente de la crisis económica en la pobreza infantil, realizado por Sara Ayllón, investigadora de la Universidad de Girona, asegura que «las tasas de pobreza infantil son todavía hoy de las más altas de Europa». Esta situación afecta a todo tipo de familias. Tanto las parejas con hijos como las familias monoparentales tienen un alto riesgo de caer en la pobreza infantil, en diferentes grados, según la situación laboral de los padres y el número de hijos. Los niños están expuestos a la pobreza en relación con la capacidad de los padres. Que tengan empleo es uno de los aspectos más importantes para escapar o no de las carencias. Los infantes que viven en «hogares con una baja intensidad laboral (los padres trabajan menos de un 20% de su potencial) tienen más probabilidades de sufrir pobreza infantil.

El mayor riesgo lo sufren los niños cuyos padres no trabajan. «En 2018 eran pobres ocho de cada diez menores que convivían con ambos padres y ninguno de los dos trabajaba (en 2008 eran siete de cada diez)», dice el estudio publicado por el Observatorio Social de La Caixa. Por el contrario, la mayor protección la tienen aquellos niños que tienen dos padres con empleo. »Pero cuando solo uno de los dos tiene trabajo, vivir con ambos progenitores no garantiza necesariamente una vida digna«, dice Ayllón. Además, en las familias numerosas el riesgo de pobreza es muy elevado, «especialmente si solo hay un progenitor en el hogar, pero es la situación de los hogares monoparentales con un único hijo la que más ha empeorado en los últimos diez años».

Mucho riesgo y grandes carencias

Por encima del 50 % de riesgo están las de un solo padre con tres o más hijos; entre el 30 % y el 50 % lo de un solo progenitor con uno o dos hijos y las familias numerosas. Por debajo del 30 %, los núcleos con dos mayores y uno o dos hijos. El estudio utiliza el indicador de la «pobreza anclada» (donde se toma como referencia el 2008 y se compara con otros años), y no el de «pobreza relativa» (que mide los recursos económicos con los del promedio de la sociedad, y que considera pobres a los que tienen una renta inferior al 60% de la renta media). Con esos datos «observamos un importante deterioro de la situación de los niños en España durante la crisis. En tan solo seis años, la tasa de pobreza subió del 26,9% (2008) al 38,9% (2014) entre la población infantil», especifica el artículo. «La tasa de pobreza anclada infantil ha disminuido hasta situarse en el 29,9% en 2018». La pobreza relativa infantil también ha avanzado. «Entre 2015 y 2017, pese al crecimiento de la economía, la tasa de pobreza infantil disminuyó muy poco y se estabilizó en torno al 29%. El año 2018 apunta una ligera mejora, pero habrá que ver si esta tendencia se confirma en el futuro».