La expedición 371 del programa internacional IODP perforó en el 2017 sondeos del fondo marino para explorar por primera vez en detalle Zelandia y comprobar una nueva hipótesis: que la formación del anillo de fuego del Pacífico tuvo un papel fundamental en dar forma a este nuevo continente.
Se recuperaron sondeos de sedimento hasta 864 metros por debajo del fondo marino en seis puntos, que actualmente se encuentran a gran profundidad entre 1,2 y 4,8 kilómetros y muy lejos de la costa. Los autores de este estudio, liderado por Rupert Sutherland y que incluyen investigadores de 13 países diferentes, han encontrado evidencias de que algunas regiones de Zelandia se elevaron incluso por encima del nivel del mar entre 50 y 35 millones de años, mientras que otros puntos se hundieron en las aguas profundas, y posteriormente toda la región se hundió al menos un kilómetro.
ESTUDIO DE FÓSILES
La profesora de la Universidad de Zaragoza e investigadora del IUCA ha contribuido a construir estos cambios en la profundidad a través del estudio de fósiles microscópicos. Estos dramáticos cambios geográficos en el norte de Zelandia, una región del tamaño de la India, coincidieron con la deformación y el desplazamiento de estratos y con la formación de volcanes a lo largo del Pacífico oeste.
Al respecto, desde la UZ han manifestado que el Anillo de Fuego del Pacífico es una zona de volcanes y terremotos resultantes del proceso geológico de la subducción, que es donde una placa tectónica se hunde bajo la tierra.
La formación del Anillo de Fuego del Pacífico hace 50 millones de años sigue siendo un misterio y el artículo publicado en la revista Geology propone que un evento de ruptura de la subducción se propagó a lo largo de todo el Pacífico Oeste en aquella época.
En concreto, apuesta por que el proceso sería similar a un terremoto masivo súper lento que resucitó antiguas fallas de subducción que habían permanecido latentes durante millones de años, pero que comenzaron a moverse de nuevo.
Probablemente, agrega, no existe ningún análogo actual de este proceso, pero las evidencias de Zelandia sugieren que estos eventos pueden alterar dramáticamente la geografía de los continentes. Este mismo evento creó recursos naturales, afectó al clima global cambió la dirección y velocidad de movimiento de casi todas las placas tectónicas del planeta.
Laia Alegret es paleontóloga, pertenece al Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y es miembro del Grupo del IUCA que investiga la extinción y reconstrucción paleoambiental desde el Cretácido al Cuaternario. Su experiencia en el estudio de fósiles microscópicos ha permitido que fuera seleccionada para esta expedición.