Galicia celebra el Año Nuevo chino sin pensar en el coronavirus

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Estudiantes del país asiático de intercambio y familias adoptantes disfrutan de una semana cultural

08 feb 2020 . Actualizado a las 15:11 h.

Xavier Castro es el secretario de la asociación educativa cultural Qu Yuan. La entidad nació en el 2007, y está formada por familias adoptantes en China, con el fin de mantener el vínculo con la cultura y el idioma, aunque el descenso brutal en las adopciones hace que la entidad no viva sus mejores momentos. Pero no renuncian a su semana cultural, que celebran siempre con el Año Nuevo chino. Ayer pusieron el broche, con un taller de farolillos que depositaron de noche en el lago del Auditorio de Galicia, en Santiago, con los deseos para el nuevo año escritos en caligrafía china.

No podía imaginar Xavier que Wuhan, la ciudad en la que hace justo catorce años recogió a su hija pequeña, iba a volverse tan famosa por un virus. Viven en Dodro, y allí no llegan las miradas de reojo ni los comentarios. «Cuando surgió lo del coronavirus estuvimos pendientes por si mi hija preguntaba, pero nada». Ella vive momentos de hastío cuando la gente se gira, pero es algo que ha vivido toda su vida, «por lo que ahora no nota ninguna diferencia».

A la pequeña de Miguel Cortés, vocal de intercambio de la asociación, lo que menos le preocupa a sus 9 años es el coronavirus. En el taller una veintena de alumnos chinos de intercambio que estudian en la USC enseñan a familias gallegas a elaborar los farolillos que después soltarán en el agua. Son prudentes y se sienten más cómodos sin decir sus nombres, pero hablan sin problema. Uno de los alumnos viene de Pekín, pero, aunque está lejos del epicentro de este virus, sus padres procuran no salir de casa y trabajan desde ella: «Están tranquilos, hablo mucho con ellos. Y yo, miedo, ninguno, no es la primera vez que ocurre algo así, ya pasó en el 2003 con el SARS», un virus que tenía además una mortalidad muy superior.

 

Este estudiante de primer curso de Pedagogía lleva cinco meses en Santiago y ya había estado otros ocho en Madrid, «pero mejor en Santiago que en Madrid, allí hacía mucho calor». La experiencia está siendo muy buena, hasta el punto de que confía en regresar en unos años, pese a que de los platos españoles y gallegos se queda con pocos -«paella no, y pulpo tampoco; es que soy vegetariano»-. En estas semanas no ha tenido que soportar ningún comentario o mirada desagradable: «Nunca me han hecho bromas con el coronavirus, solo lo mencionan para decirme que tenga cuidado», apunta.

Quien se desenvuelve en chino y español a la perfección es Martina Liu, de 19 años, que fue adoptada a los 11. Viene de Chongquing, en el suroeste de China, y estudia Psicología en la universidad compostelana. Tiene muchos amigos chinos que han venido de intercambio y han regresado a su país o siguen aquí, y admite su preocupación por ellos: «Solo uno de los que conozco tiene familia en la zona, pero dice que todos están bien». Al resto les pregunta y lamenta que no hayan podido viajar a China en estas fiestas para ver a sus familias.

«En mi caso, a veces tengo que aguantar bromas, no de mis amigos, que saben que soy de aquí, pero sí de algún compañero. Eso sí, yo respondo, no me callo».

Su adaptación a Galicia, pese a que vino con 11 años, fue fácil y rápida. Solo tuvo que bajar un curso académico para ponerse al nivel de sus compañeros, «pero tanto los otros estudiantes como los profesores me ayudaron mucho». ¿Volverá a China? Lo está deseando: «Tengo muchísimas cosas en la cabeza sobre lo que quiero hacer cuando vuelva adonde yo vivía», asegura.

Esta es la quinta semana cultural que organiza la asociación. La de este año fue más floja, pero no por el coronavirus, sino porque el Año Nuevo se adelantó, y los estudiantes de intercambio, que participan activamente, aún estaban con exámenes. Talleres, conferencias, conciertos, y como guinda el paseo por el agua de los farolillos. Quizás alguno, como deseo secreto, pidió que no solo se acuerden de ellos para hablar de estos temas.