El bochornoso momento del actor Javier Gutiérrez «cerca de Cambre»

C. Aldegunde REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El intérprete gallego relató en «El Hormiguero» uno de los momentos en los que pasó más vergüenza

06 feb 2020 . Actualizado a las 23:23 h.

El actor gallego Javier Gutiérrez acudió junto a Malena Alterio a El Hormiguero para promocionar el próximo estreno de la serie Vergüenza, que protagonizan en Movistar+. Preguntados por Pablo Motos, los intérpretes desvelaron algunos de los momentos más escatológicos y surrealistas que protagonizan sus personajes en la ficción.

Pero también contaron anécdotas reales. Fue en la sección de Nuria Roca, que abrió la veda explicando cómo cuando tenía trece años pasó parte del verano «en Cambre». Allí hizo una pandilla con otros adolescentes «y había un chico que me gustaba». Un día se quedaron a solas y protagonizó uno de los momentos más ridículos de su vida: «me dio un dolor de barriga muy fuerte» y finalmente se le escapó una ventosidad. «Le empujé, salí corriendo y no volví a pisar la calle hasta que me fui», aseguró la valenciana. A continuación, Pablo Motos y Malena Alterio también contaron embarazosas situaciones que les habían ocurrido hace años. El presentador aseguró que cuando tenía 13 años «estaba enamorado de la Mari. Cogí una cinta de 90 minutos y grabé en bucle 'quiero a la Mari'. Un día mi padre le puso sin querer la cinta al padre de la Mari, que era mi profe...». 

Cuando fue el turno de Javier Gutiérrez les aseguró que él no iba a retrotraerse tan atrás en el tiempo, que iba a contar algo ocurrido en un restaurante «justo cerca de Cambre», hacía unos dos meses. «Me voy a tirar al barro y voy a contar algo que me ocurrió hace dos meses y es un momento muy Jesús el personaje de Vergüenza. Estaba cenando con mi novia en un restaurante muy conocido cerca de Cambre», explicó. «Llegamos a cenar, el restaurante estaba lleno y al lado de nuestra mesa había otra con ocho comensales de una gente muy joven y montando mucha bulla. En mitad de la cena se cae la chaqueta, yo no me entero y el camarero me la coloca. No entendía nada. Un poco antes había echado mano de la cartera para ver si tenía la tarjeta del aparcamiento y sí la tenía», añadió.

«Cuando ya se va casi todo el mundo, quedamos nosotros solos, voy a buscar la cartera para pagar la cuenta y no aparece por ningún sitio. Busco la cartera en los bolsillos de fuera en los interiores, me tiro debajo de la mesa... Me voy al baño por si me hubiese caído allí. Y entonces pensamos que fue alguien de la mesa de al lado coincidiendo con el momento en el que se cayó la chaqueta. Entonces lo vimos claro 'Nos han robado los de la mesa de al lado. Parece mentira que en un restaurante de esta categoría...' Todos los camareros buscando, mirándose unos a otros», contaba. Preguntaron si tenían el número de teléfono de la reserva de la mesa o habían pagado con tarjeta, pero no. 'Son una banda de profesionales'», añadía. «Vamos a llamar a la policía y nos dicen que vayamos a comisaría. Salimos muy ofendidos del restaurante, los camareros ojipláticos y, cuando me voy a poner la chaqueta sale disparada la cartera por una manga», aseguró. «Volveré a ese restaurante a pesar del sonrojo y la vergüenza», bromeó. 

Gutiérrez también reveló que renunció a ser El Profesor de la serie La casa de Papel. «Rechazaste a ser El Profesor en La casa de papel, que era una cosa muy segura, por hacer Campeones, que era una cosa por la que no apostaba nadie», le decía Pablo Motos. «Recuerdo que, después del éxito de la película, hubo directivos tirándose de los pelos», proseguía Motos. «De hecho hubo algunos de ellos que dijeron que las películas de subnormales no iban a vender con lo cual, no se iban a meter en ese proyecto», dijo Gutiérrez. 

«Me ofrecieron La casa de papel y, tras leer el primer capítulo del guion, me pareció fascinante porque todos los personajes eran muy potentes, la historia estaba muy bien armada y tenía muy buena pinta. Pero tenía un compromiso personal con el proyecto de Javier Fesser que había confiado en mí para hacer Campeones», añadió el actor. «Además, tengo un hijo con una discapacidad, Mateo, que hoy cumple 11 años, y tenía un compromiso con él. Creíamos que esta película iba a ayudar a dar visibilidad al universo de la discapacidad y las personas con capacidades diferentes», explicaba.

«Decidí hacer el filme y no me arrepiento absolutamente de nada porque, aunque la serie es maravillosa y creo que Álvaro Morte ha hecho un trabajo excelente, Campeones ganó el Goya a Mejor película». Y concluyó: «eso fue la punta del iceberg del trabajo de fundaciones, colegios asociaciones, particulares... y con la película ha cambiado la mirada de la sociedad respecto al universo de la discapacidad».