Raquel del Rosario desvela el «secreto de su matrimonio» con Pedro Castro

C. Aldegunde REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La cantante dedicó unas palabras muy especiales a su marido por su 45 cumpleaños

23 ene 2020 . Actualizado a las 23:23 h.

Raquel del Rosario ha dedicado unas tiernas palabras a su marido, el gallego Pedro Castro, con motivo de su 45 cumpleaños. «Miente fatal y cantar no es uno de sus dones. Siempre compra y envuelve los regalos el último día y el factor sorpresa no es su fuerte», comienza la cantante de El Sueño de Morfeo que desde hace años reside en California, para describir a su marido. «Lo que más pereza le da en el mundo es deshacer la maleta, es capaz de comerse algo que lleva semanas caducado antes de tirarlo, prefiere no tomar café a hacerlo en un Starbucks y definitivamente no puede hacer dos cosas a la vez», añade. 

«A veces, su teléfono se convierte en una especie de consultorio, ya que mucha gente recurre a él cuando necesita consejo. Tiene el maravilloso don de saber escuchar y lograr abrir el corazón de las personas en cuestión de minutos, y yo, ya he aceptado el hecho de que todo el mundo se enamore de él», prosigue. 

En un largo post de Instagram, Raquel del Rosario no deja de enumerar las cualidades del fotógrafo. «La vida le ha puesto en situaciones realmente difíciles en las que ha sido un ejemplo de paciencia (infiniiiita) y entereza. Y ha demostrado ser el mejor padre que sus 4 hijos podrían soñar». Y desvela el secreto de su matrimonio: «Puedo contar con los dedos de la manos las veces que hemos discutido en todos estos años juntos, porque él no entiende de conflicto, drama o victimismo, el es fácil, sereno y en su corazón no alberga el más mínimo rencor». 

Además reconoce que «convivir con una persona como yo no es sencillo, él acepta mis rarezas y respeta mis decisiones aunque vea las cosas de forma totalmente opuestas». Y asegura que: «Me quiere libre, me quiere “Yo”, y ese es uno de los principales motivos por los que esto funciona». 

«Le encanta contarme con el entusiasmo de un niño todo lo que lee en esos libros tan densos que amontona por toda la casa y nadie interpreta los sueños mejor que él. Solo me ha pedido una vez que le haga una foto, y es esta. Creo que ese día estaba luchando contra algún maldito miedo de esos que no nos dejan avanzar. También es bueno con eso», confiesa. Y termina su especial dedicatoria así: «Un año más, celebró que existes y doy gracias por el regalo que es tenerte de compañero de viaje. Feliz cumpleaños mi amor. Lo mejor está por llegar. Te quiero». 

Por su parte, Pedro Castro colgó una imagen de él al lado de una tarta de cumpleaños junto a la que explicaba que «en el 2012 tuve un sueño muy poderoso en el que me pidieron que ya no buscara una vida de interés propio y que, en cambio, comenzara una vida de servicio a los demás. Desperté con sensación de vacío. Fue un sentimiento realmente aterrador».

Desvela una larga lucha en los últimos ocho años en los que «he estado perdido y confundido a diario. Tuve que enfrentar mis mayores temores y me pusieron en situaciones en las que tenía que ser la peor versión de mí mismo. Ha habido meses en los que he luchado para llegar a fin de mes hasta el punto de temer no poder poner comida sobre la mesa para mis hijos o tener que cortar la electricidad. Sin embargo, algo en mí sabía que regresar a mi antiguo y cómodo ser no era una opción. En mí algo crecía y me mostraba que confiaba en el camino. Mis amigos y mi familia han sido rocas sólidas para encontrar comodidad y seguridad en estos tiempos difíciles. Han estado allí para mí tanto económica como emocionalmente cuando más lo necesitaba. He aprendido a ser agradecido con los demás y humilde conmigo mismo. He aprendido a no tener miedo de pedir ayuda cuando la necesito y a recibirla cuando me la piden. He aprendido a ser vulnerable. Estar solo con mi yo más oscuro y hacerme amigo de esa parte de mí misma que siempre he negado. Sí, tengo oscuridad y luz dentro de mí», explicaba con unas enigmáticas palabras, en las que da a entender la difícil situación que ha vivido en los últimos años. 

«Hoy cumplo 45 años y me encuentro lejos de los que más amo pero estoy más conectado con ellos que nunca. Entienden mi proceso y me animan a seguirlo. Estoy aquí en Davos, en el Foro Económico Mundial, haciendo una película para las Naciones Unidas para ayudar a crear un mundo mejor. En mi sueño, me pidieron que usara mis habilidades para llegar a más personas de maneras más impactantes. Así que estoy haciendo lo que mejor sé hacer, que es escuchar a la gente. Me impulsa el mismo propósito con el que la mayoría de las personas con las que converso. Hacer cambios en nuestras vidas para que nuestros hijos y nietos puedan tener un planeta saludable en el que puedan prosperar en su vida. Estoy aprendiendo que todos podemos marcar la diferencia, aunque nos parezca insignificante, y que los grandes cambios comienza con pequeñas elecciones de una persona».