El hombre procede de cuatro linajes ancestrales de África

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

Pierre de Maret

Un nuevo estudio, en el que se ha reconstruido el ADN de cuatro niños que vivieron hace entre 3.000 y 8.000 años, refuta el origen único del Sapiens en una única población del sur del continente

22 ene 2020 . Actualizado a las 23:52 h.

No hay duda. África es la cuna del hombre. Pero, ¿en qué punto surgió exactamente el Homo sapiens? Esta pregunta parecía tener una respuesta en un estudio basado en el ADN mitocondrial, el que se hereda por vía materna, que situaba el origen de los humanos modernos en un único punto: el delta del Okavango, en el sur del continente africano. Pero la ciencia ha dado una nueva vuelta de tuerca a esta hipótesis con una nueva investigación que ha permitido reconstruir las secuencias genómicas completas de ADN humano antiguo de África occidental y central. La conclusión, que avala otras teorías, sitúa el origen del hombre en al menos cuatro linajes ancestrales de poblaciones divergentes y separadas geográficamente que vivieron en África hace entre 200.000 y 300.000 años.

El trabajo internacional, con la participación del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro mixto del CSIC y de la Universidad Pompeu Fabra, se ha publicado en la revista científica Nature. «Nuestro análisis indica la existencia de al menos cuatro grandes linajes humanos profundos que contribuyeron a las poblaciones actuales y que divergieron entre sí hace unos 250.000 y 200.000 años», constata David Reich, de la Facultad de Medicina de Harvard y responsable del estudio.

Los científicos analizaron el ADN procedente de cuatro niños que vivieron hace unos 3.000 años y 8.000 años, respectivamente, durante la transición entre la Edad de Piedra a la Edad de Hierro, en el yacimiento de Shum Laka, en Camerún, que albergó a una población ancestral durante decenas de miles de años. De esta forma se pudo recuperar por primera vez secuencias genéticas antiguas del oeste y centro de África.

Los nuevos hallazgos aportan datos sobre las múltiples etapas que conforman la historia antigua del Homo sapiens. Así, los científicos examinaron el ADN de los niños de Shum Laka, al tiempo que analizaron el de antiguos cazadores recolectores del este y sur de África, así como secuencias de diferentes grupos que viven actualmente en el continente. Una combinación de todos estos datos fue la que hizo posible reconstruir el pasado del ser humano atendiendo a un modelo de diferentes linajes divergentes.

Los cuatro niños analizados están más emparentados genéticamente con los actuales cazadores recolectores centroafricanos que con las poblaciones que hoy en día hablan lenguas bantúes, una lengua que se expandió por buena parte de África durante los últimos 4.000 millones de años. «Estos resultados sugieren, por tanto, que los bantúes que actualmente viven en Camerún y en otras regiones de África no descienden de la población a la que pertenecían los niños de Shum Lanka. Una población anterior, desconocida, habría contribuido en una pequeña proporción al ADN que hoy comparten diferentes grupos africanos», destaca Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva.

Una población fantasma

«Estos cuatro linajes están en los orígenes de los actuales cazadores recolectores del centro de África, como los pigmeos; los del sur, los llamados khoisan; y los del este, así como el resto de humanos modernos. El cuarto linaje se correspondería con una población fantasma, cuyo rastro está presente en los genes de los que viven actualmente en el este y oeste de África», explica David Reich.

«Esta población fantasma podría haber estado en la zona del Sahel, pero no se ha hallado ningún individuo actual o antiguo que pertenezca a ella», puntualiza Lalueza-Fox.

Uno de los genomas analizados incluye el primer y divergente cromosoma Y, que se ha encontrado en muy pocos lugares fuera de Camerún occidental y tiene una antigüedad de entre 200.000 y 300.000 años. Los resultados muestran que este linaje, el más antiguo de los actuales varones modernos, estuvo presente en Camerún durante al menos 8.000 años.

El nuevo hallazgo refuerza el argumento recientemente formulado por arqueólogos y genetistas de que los orígenes humanos en África pueden haber involucrado a poblaciones profundamente divergentes y geográficamente separadas.