Alerta por las muertes de mascotas intoxicadas con raticidas y objetos punzantes en A Coruña

M.M.O. REDACCIÓN

A CORUÑA CIUDAD

Hospital 4 de octubre

En los últimos días se multiplican los casos de cebos de comida envenenada o con clavos

22 ene 2020 . Actualizado a las 10:03 h.

La placa muestra los dos alfileres. Son más gruesos de lo habitual, «casi unos clavos», precisan desde el Hospital Veterinario 4 de Octubre de A Coruña. La perra los ingirió al comer una salchicha que alguien dejó en el parque de Santa Margarita, un punto de esparcimiento común en la ciudad. Una endoscopia a tiempo salvó al animal de morir por una peritonitis séptica. «Le sacamos los clavos. La verdad es que estamos registrando un repunte de casos como este», confirma Paloma González de Ramos, directora del centro.

En los últimos días, solo en su clínica, llevan cuatro intervenciones. El resto, por envenenamientos. «No me entra en la cabeza que alguien pueda hacer algo así. Al principio eran alertas en Facebook que la gente compartía, ahora compruebo que son reales, y cada vez más», reconoce la veterinaria. Si en el caso de la perra que los ha llevado a hacer un comunicado en su portal de Facebook no se hubiera cogido a tiempo, «los alfileres habrían atravesado el estómago y, los líquidos que contiene habrían pasado a la cavidad abdominal», provocando una muerte lenta y muy dolorosa.

Anticongelantes

A la trampa de la comida llena de agujas se suman los raticidas. «El problema del veneno para las ratas es que los síntomas más evidentes empiezan a manifestarse a los dos días. Están diseñados así para los roedores. Siempre va una rata por delante, de cobaya. De esta forma, cuando te das cuenta de que el perro fue envenenado, es tarde, cuando está sufriendo las hemorragias internas», lamenta Mónica Cubeiro, directora de Somos Pet Friendly A Coruña.

Estos días a Paloma González le falleció un perro así. «Estamos siendo avisados de muchas muertes», exclama Cubeiro. Otro paciente de Paloma murió tras intoxicarse con anticongelante.

«Echaron el cebo dentro de su finca, fue en Oleiros. El anticongelante genera un daño renal tan severo que los perros se acaban muriendo», describe la veterinaria. Los casos están dejando de ser algo aislado. Este lunes otro vecino de A Coruña anunció en su cuenta de Facebook que su pastor alemán, de apenas 12 meses, murió tras comer comida con veneno en otro parque público, en la zona de la torre de Hércules.

«Pinza se empezó a encontrar mal, vomitando seguido. La llevamos al veterinario, pensando que era una gastroenteritis, pero después los síntomas se agravan con pérdida de equilibrio. Entró en quirófano, pero murió. Tenía necrosis en casi la totalidad del intestino», denuncia este vecino.

No se deben provocar los vómitos

Los perros de mayor tamaño son los que más están sufriendo estos ataques, apunta Paloma González. Ante las primeras sospechas, «hay que acudir al veterinario y, después, denunciar». Y advierte: nunca se deben provocar vómitos. «Solamente, si lo manda el veterinario, no por tu cuenta. Si han pasado más de dos horas de la ingestión del veneno, la mayor parte ya se habrá absorbido, por lo que no sería una medida útil, y, si el producto es corrosivo, podría causar más problemas», explica la directora del Hospital 4 de Octubre. Lo mismo «si han tragado un cuerpo punzante».

Si la intoxicación es por vía dérmica, conviene «lavarlo lo antes posible con agua templada y jabón». El repunte de ataques ha sido comunicado al Ayuntamiento. «Nos dicen que denunciemos, para que se pueda reforzar la vigilancia en los parques con más casos», indica Mónica Cubeiro.