«La oscuridad nunca te llevó», escribió Marianne Behn en las redes sociales junto a una foto con su hijo en la playa
28 dic 2019 . Actualizado a las 15:44 h.«Mi querido Miki. La oscuridad nunca te llevó... Fue la LUZ brillante que se fusionaba contigo», es el desgarrador adiós de Marianne Behn, la madre Ari Behn, que se quitó la vida el día de Navidad, una muerte que ha dejado a Noruega completamente conmocionada. El exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega, de la que se había separado en el año 2016, se llamaba Ari Michael, y familiarmente le apodaron Miki, de ahí el diminutivo que usa su madre para despedirse de él. Junto al texto la imagen, relativamente reciente, de ambos en la playa, con el mar al fondo.
Desde que se conoció la muerte del escritor y pintor, cientos de ciudadanos han expresado su dolor y pesar en forma de flores y velas que han depositado en las cercanías del Palacio Real de Oslo. El inesperado fallecimiento se conocía el mismo día 25, cuando su reprsentante, Geir Håkonsund, confirmaba que el escritor se había quitado la vida a los 47 años. La policía recibió el aviso a las 16:47 y varios vehículos se desplazaron a su hogar en Lommeldalen, a las afueras de Oslo, quedando precintado.
La primera ministra Erna Soldberg, mostró su pesar por el exmiembro de la familia real noruega. «Tres niñas han perdido a su padre; muchos, a un amigo», escribió Solberg, animando a sus compatriotas con problemas mentales a llamar a los teléfonos de ayuda públicos y a «no quedarse solos y cuidarse unos a otros», consejo que puede explicar el colapso de varios de esos servicios desde ayer, según la televisión pública NRK.
Ari Behn, sumido en la depresión tras su divorcio
«Lo he titulado Infierno por un motivo: trata sobre la pena por todo lo que no fue; y es un proceso de purificación, el intento de encontrarse a uno mismo y nuevas rutinas, de superar la oscuridad», dijo en una entrevista con el periódico Dagbladet que recoge Efe refiriéndose al libro que publicó tras el divorcio de Marta Luisa. Precisamente su editor, Arve Jurtizen, reveló a NRK que intentó convencer sin éxito a Behn de que cambiase el final del libro, en el que habla de su muerte y se despide de sus personas más cercanas. «Recuerdo que quise persuadirlo de que debíamos elegir un final un poco más esperanzador y positivo, pero estaba decidido. Debía acabar con un texto sobre morir y despedirse. Hoy lo he ojeado. No es el día para leerlo, pero está claro que despierta reflexiones problemáticas», aseguró.
