Es lo que sucede con el plan catalán de captación de talento, que los investigadores gallegos demandan también para Galicia
28 dic 2019 . Actualizado a las 13:58 h.¿A los españoles les interesa la ciencia? Cero». La pregunta y la respuesta fueron formuladas ayer por María Mayán, investigadora del Inibic de A Coruña y organizadora de la Reunión de Jóvenes Investigadores en el Extranjero que ayer se celebró en la Domus. Quizás sea una exageración, pero lo argumenta: España solo dedica el 1,14 % del PIB —Galicia solo el 0,9 %— a I+D+i, por el 3 % de media Europea y de los 7.000 millones de euros que destinó para este fin el pasado año solo ejecutó 32.300. Pero hay más. Entre los años 2009 y 2016, que coincidieron con la crisis, Alemania incrementó su partida para este concepto en un 35,7 %; el Reino Unido, en un 29,9 % y la UE, en su conjunto, en un 17,5 %. ¿Qué hizo España? Redujo la inversión en un 12 %.
Estas cifras duelen aún más pronunciadas en un auditorio repleto de talento. El de los 26 investigadores gallegos en el extranjero que presentaron sus trabajos y el de otros ya consagrados que participaron en el encuentro. Son cerebros cuyo trabajo, después de haberse formado en Galicia, enriquece a otros países, porque muchos tienen complicado encontrar una estabilización si deciden regresar. Atraerlos no solo es necesario, sino también posible y, sobre todo, rentable para la sociedad.
No hace falta irse fuera para encontrar ejemplos, sino que existen en España, en Cataluña y en el País Vasco con los programas Icrea e Ikerbasque para la captación de talento. El plan catalán supuso desde su puesta en marcha en el 2001 una inversión de 300 millones de euros, que se han convertido en un retorno económico a la sociedad de más de 780 millones, casi el triple de lo gastado. Cada uno de los 264 investigadores en plantilla genera 7,2 puestos de trabajo. En el País Vasco, los científicos del plan generaron un retorno de 175 millones.
Los científicos han pedido a los Reyes Magos algo semejante para Galicia. «No es cuestión de dinero —dicen— sino de voluntad». Con 500.000 euros al año podría empezar a ponerse en marcha.
Raúl Romar, de La Voz, y Marisol Soengas, entre los premiados por los científicos
El encuentro de investigadores también sirvió para entregar varios reconocimientos
La Voz
El encuentro de investigadores también sirvió para entregar varios reconocimientos. El químico Jesús Mosquera recibió el premio Ángeles Alvariño a la mejor trayectoria profesional, concedido por los Museos Científicos de A Coruña; Alba Trueba, el otorgado por Hijos de Rivera al trabajo con mayor impacto social, y María Vieites el ofrecido por AMIT-Gal a la mejor trayectoria profesional de una científica joven menor de 30 años.
Marisol Soengas, jefa del grupo de Melanoma del CNIO, recibió una mención especial «por su labor y compromiso para visibilizar el trabajo de las mujeres científicas y promoción del liderazgo femenino a través de la Oficina de la Mujer en Ciencia del CNIO y el grupo Aseica Mujer». Xosé Bustelo, profesor de investigación del CSIC y presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (Aseica), fue reconocido en la categoría de Promoción de la Ciencia por «su compromiso en la promoción de la I+D+i ante agencias gubernamentales» y por «impulsar la promoción de los jóvenes científicos españoles». María de la Fuente Freire, directora de la Unidad de Nano-Oncología del IDIS, obtuvo la mención Mujeres en Igualdad «por su lucha a favor de la igualdad de las mujeres científicas». Lideró el movimiento O científicas o madre.
Raúl Romar, de La Voz de Galicia, obtuvo el reconocimiento en la categoría Periodismo y Divulgación Científica «por su compromiso en visibilizar la ciencia en Galicia y su capacidad en trasladar al público no especializado los resultados y trabajos de investigación. Su trabajo combina el rigor con el objetivo de divulgación científica».
La junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer logró la mención a la Visibilización de la Ciencia y Promoción del Talento Científico por «su infatigable labor en la promoción de la investigación sobre el cáncer y en poner el valor al talento científico gallego».