Niños egoístas, caprichosos y tristes: los peligros de regalar en exceso

Uxía Rodríguez Diez
UXÍA RODRÍGUEZ REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

«Un niño no debería recibir más de dos o tres objetos a lo largo de la Navidad», dicen los expertos

18 dic 2019 . Actualizado a las 13:47 h.

Papá Noel y los Reyes Magos, abuelos, tíos, amigos, padrinos y demás familia. Adultos en busca de «lo mejor» para los más pequeños de la casa y niños abriendo un regalo tras otro sin fijarse en el contenido del paquete porque «aún quedan más». ¿Cuántos regalos deben tener? ¿Qué pueden hacer los padres para buscar el equilibrio? ¿Cómo les afecta este exceso de objetos?

No solo se regala más de lo que necesitan, el problema llega cuando se regala más de lo que pueden gestionar y eso tiene consecuencias a corto y a largo plazo. Exceso de estimulación, pérdida de interés y de ilusión. Se produce una «anestesia emocional» y los niños se vuelven más egoístas, más caprichosos y más consumistas. La tolerancia a la frustración se difumina y la tristeza aparece. Todo esto no quiere decir que no se puedan hacer regalos, pero la cantidad y la calidad se vuelven claves.

«Lo primero que tenemos que hacer es entender la función que tienen los regalos. Un regalo es algo extraordinario, cuando se convierte en ordinario, deja de ser un regalo. Con los niños hemos perdido la capacidad de sorpresa y nos hemos convertido en meros proveedores de objetos pensando que eso les da satisfacción. Los padres y los familiares tienen que entender que, aunque parezca lo contrario, los niños no quieren tantos regalos», explica José Ramón Ubieto Pardo, profesor de Psicología de la UOC.

«Un niño no debería recibir más de dos o tres objetos a lo largo de la Navidad. Más allá es un exceso total. El resto pueden ser otro tipo de regalos, como pasar una tarde en el circo, llevarlo al parque o a pasear, hacer alguna actividad fuera de lo normal. Hay que regalar tiempo, el tiempo es lo más valioso. Que la madrina se lo lleve a merendar a un sitio que le guste, por ejemplo. Hay que sustituir los objetos, por presencia. Es lo que necesitan», explica. Los niños hiperregalados son «niños hartos, irritables y tristes», asegura el experto.

El mejor juguete

¿Cómo gestionarlo todo para evitar esta avalancha? «Todos tenemos grupos de WhatsApp familiares, pues utilicémoslos para comunicarnos y hablar sobre el tema. Es bueno organizarnos», dice José Ramón Ubieto. Los familiares no tienen por qué pensar solo en juguetes, pueden buscar libros o experiencias. Los regalos conjuntos también son una buena opción.

Una vez que logramos «contener» esos excesos tan propios de esta época del año, llega la hora de elegir. ¿Cómo encontrar el mejor juguete? «Hay que sentarse con ellos, hablar, y descubrir qué es lo que quieren verdaderamente, saber cuáles son sus mayores intereses. Dar un catálogo a un niño siempre es un error», advierte José Manuel Suárez, presidente de la Asociación profesional de pedagogos de Galicia.

«Hay una cosa que pocas veces tenemos en cuenta: el juguete va acompañado del adulto. El niño no quiere algo para disfrutarlo solo, el mejor juguete es el que se comparte», recuerda. A partir de ahí, se pueden tener en cuenta muchas variables: «Cuanto más pequeños, piezas más grandes. Hasta alrededor de los ocho o diez años no tienen formado al completo el sentido de la socialización. Por eso, nada de consolas ni juguetes que los aíslen antes de esa edad. Además, no hay que obsesionarse con conseguir lo último. Los niños no solo entienden de novedad», recomienda.

En juguetes, menos es más. «Los juegos digitales son más espectaculares y, de entrada, son más apreciados, pero la sencillez provoca más disfrute. Los juguetes que se mueven, hablan, cantan... provocan pasividad y poco ejercicio mental y físico en un niño. Los juegos que te lo dan todo hecho, favorecen el sedentarismo y empobrecen el pensamiento y la imaginación», aconseja el psicólogo José Ramón Ubieto.

Y, si al final, la cosa no sale como esperamos y hay más paquetes bajo el árbol de lo que sería ideal, existe otro truco. «Debemos fijarnos en cuál es el regalo en el que pone más atención el niño. Elegir uno o dos para dejárselos y que juegue, el resto los guardamos para ir sacándolos poco a poco a lo largo de las próximas semanas o meses. Si los tiene todos juntos, no mostrará interés por ninguno de ellos», recuerda el pedagogo José Manuel Suárez.

Hay que tener en cuenta que los españoles destinarán 105 euros de media a comprar juguetes en Navidad. Mientras tanto, más de la mitad de los niños solo prestarán entre uno y siete días de atención a esos juguetes nuevos. «Este año no estaría mal que en las casa hiciesen una dieta de juguetes», concluyen los expertos.