Charlize Theron confiesa cómo su madre mató a su padre en defensa propia

la voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

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El padre de la actriz, que tenía problemas con el alcohol, entró en casa borracho y disparando con una pistola

17 dic 2019 . Actualizado a las 19:22 h.

La vida de Charlize Theron no ha sido un camino de rosas. Uno de los episodios más duros lo vivió a los 15 años, cuando presenció cómo su madre mataba a su padre en defensa propia. En una entrevista con National Public Radio (NPR), la actriz contó con todo detalle cómo sucedieron las cosas en esa noche de junio de 1991. «Mi padre estaba tan borracho que no podía ni caminar cuando entró en casa con una pistola -aseguró-. Mi madre y yo estábamos en mi habitación apoyadas contra la puerta porque él estaba tratando de empujarla. Él dio un paso atrás y disparó contra la puerta tres veces. Ninguna de las balas nos alcanzó, lo cual es un milagro». En ese momento Gerda, la madre de Charlize, se armó de valor y disparó contra su esposo para defender a su hija y a ella misma.

La actriz, que hasta el momento no había hablado abiertamente del tema, y, aunque confesó que nunca se avergonzó de este tema, aseguró con tristeza que «solo lo conocía de una manera, borracho».

Charlize eligió la entrevista para recordar ese dramático momento como forma de visibilizar la situación que viven muchas familias e insistió en que «fue en defensa propia, mi madre puso fin a la amenaza». «No me da vergüenza hablar de eso -añadió-, porque creo que cuanto más hablamos de estas cosas, más nos damos cuenta de que no estamos solos en nada de eso».

La actriz ha recordado que su padre fue un «hombre muy enfermo» y ha dicho que fue «alcohólico toda mi vida». Cree que su historia es un ejemplo claro de cómo esta adicción puede destrozar la vida de los enfermos y de las personas que les rodean. La actriz también ha dejado entrever que las adicciones que sufrió su padre todavía siguen afectándola en el momento actual. «Fue una situación bastante desesperada. Nuestra familia estaba atrapada en eso. Y la imprevisibilidad cotidiana de vivir con un adicto la sientes y la llevas incrustada en tu cuerpo por el resto de tu vida, más que el suceso que sufrí esa noche», concluyó.