Fue en un acto en el que en un principio se habló de que Álex Lequio podría asistir, ya que lo organizaba su empresa, cuando su padre, Alessandro Lequio, puso nombre a la enfermedad que sufría y explicaba además los motivos por los que habían tomado la decisión de que se tratase de la enfermedad en Estados Unidos. «Por su edad, hemos preferido que esté en las mejores manos y las mejores manos encima son las de un español, Josep Baselga. Y es algo que debería llenarnos a todos de orgullo», aseguraba. «El cáncer es un tratamiento largo y penoso en el que no hay novedades ni evolución hasta que todo termina. Es una enfermedad larga y dura», terminaba.
Se terminaban así meses de total hermetismo entorno a la salud del joven, que en octubre del 2018 reaparecía en público muy animado y optimista, algo que ha seguido haciendo desde entonces. «Muchas gracias por venir. Estoy muy agradecido por todo el apoyo. Y nada... ánimo a todos los luchadores. Gracias de corazón», aseguraba. «No hay que dramatizar», declaraba en una entrevista en la revista ¡Hola! hace unos meses. «El cáncer no es sinonimo de fatalismo y muerte, sino al revés: es sinónimo de vida», añadía. Incluso bromeaba con su cambio físico: «A mí, mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia. Pero entiendo que haya gente que igual ese cambio físico le pueda impactar».