«Somos mayores y no queremos ser una carga para los hijos»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Rosa San Martín (segunda por la izquierda), junto a varios de los socios del «cohousing» de Gran Canaria
Rosa San Martín (segunda por la izquierda), junto a varios de los socios del «cohousing» de Gran Canaria

Una gallega promueve en Gran Canaria 50 pisos colaborativos con servicios comunes exclusivos para gente de entre 50 y 70 años

01 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosa San Martín echa de menos «los barrios como los de antes». Recuerda que en Vigo, su ciudad natal, «la gente se juntaba en la acera para charlar, cuidando a los hijos o los nietos». También que «si había algún problema, ibas a casa del vecino a pedir ayuda o a dejar al niño». En la actualidad esa estampa idílica, que parece salida de la serie Cuéntame, se ha diluido. La gente es cada vez más individualista, los cuidados se han mercantilizado y la familia nuclear se resquebraja

«Somos mayores, los hijos trabajan, tienen su propia familia y no queremos ser una carga para ellos», explica Rosa San Martín. «Queremos vivir con personas de edades, gustos y necesidades parecidas -añade-. Vivir en compañía y tener bienestar. No queremos estar en casa, que te cuide un hijo y amargarle la vida. O con un cuidador, que no sabes cómo te cuidará».

Con ese panorama en mente apareció entre un grupo de estudiantes de la Universidad de Mayores de Las Palmas, donde Rosa reside desde hace 28 años, la fórmula del cohousing. Así se denomina a las viviendas colaborativas que tienen gran difusión en los países nórdicos. También en EE. UU. Se plantean como una alternativa a los asilos y las residencias. La idea pasa por establecer una cooperativa de 50 viviendas, con salón-comedor, dos habitaciones, baño y terraza. Estas contarán, además, con servicios comunes como comedor, salas de reuniones y espacios para talleres. «Somos ya 17 socios, uno por vivienda, y unas 30 personas. Ahora estamos a punto de elegir el solar. Cuando esté listo seguro que se apuntan más», aventura. 

Límites de edad

Según lo establecido en los estatutos de Covisenior Gran Canaria (así se denomina la cooperativa), solo pueden acceder a la cooperativa personas entre 50 y 70 años que se encuentren bien física y psíquicamente. «Queremos envejecer entre amigos, con gente solidaria que te pueda echar una mano en un momento de dificultad -explica-. Aquí estaremos todos juntos, del modo de que si un vecino se pone malo hay un amigo que le echa una mano. Si luego uno tiene la desgracia de tener una minusvalía, entraría en otra dependencia con cuidados».

Respecto al precio, la cooperativista prefiere no dar cifras porque, dicen, «depende de que el solar que tenemos elegido lo aprueben todos los socios». Pero indica que «si uno quiere macharse, puede hacerlo recuperando el dinero invertido». También el heredero, en el caso de no reunir los requisitos de edad.

«Le gente tiende a volver a eso, al barrio antiguo», insiste esta viguesa, que prepara su vejez en este entorno tan particular.