Ahora que ya sabemos que la hucha de las pensiones se va a quedar «tiesa» a cuenta de las pagas extras a los jubilados, y ya con blackfridays y fiestas y gastos navideños a la vuelta de la esquina, me siento obligado a llamar la atención del lector al respecto de un reciente estudio que reporta cómo influye la personalidad de las personas en cuán alegremente -o, en un lenguaje más académico, a qué ritmo- se gastan los ahorros para la jubilación a partir de los 50 años, esa edad en la que se deja de ver el retiro como algo muy lejano para comenzar a verlo como una inminente, cuando no preocupante, realidad.
Para constatarlo, los más de 3.600 participantes en el estudio fueron clasificados atendiendo a los cinco grandes tipos de personalidad que suelen distinguir los psicólogos y a los rasgos que definen o identifican cada uno de estos tipos. A saber: 1. Abierto a nuevas experiencias (individuos que se distinguen por ser creativos, imaginativos, aventureros y curiosos); 2. Concienzudo (organizados, constantes, trabajadores y cautos); 3. Amable (empáticos, cariñosos, cálidos y serviciales); 4. Neurótico (nerviosos, preocupados, inquietos y pesimistas) y 5. Extrovertido (comunicativos, impulsivos, sociales y bulliciosos).
Y las conclusiones alcanzadas ponen de manifiesto que los sujetos extrovertidos, organizados y optimistas son más moderados en sus gastos que los sujetos abiertos a nuevas experiencias, pero también que los neuróticos y pesimistas.
Dicho lo cual, si el lector se identifica con alguno o varios de estos «gastadores» rasgos, está sobre aviso.