Peligra la asistencia de Greta Thunberg a la cumbre de Madrid

Doménico Chiappe COLPISA

SOCIEDAD

Andrej Ivanov

Las dificultades para cruzar el Atlántico podrían obligarla a seguir el encuentro por videoconferencia

13 nov 2019 . Actualizado a las 18:14 h.

En la Cumbre del Clima de Naciones Unidas que se celebrará en Madrid a principios de diciembre se esperan unos 20.000 participantes. Lo que no está claro es que llegue la activista Greta Thunberg, que pidió ayuda para llegar desde América sin utilizar el avión. La activista danesa de 14 años que desafía a los poderes políticos y económicos con su retórica apasionada no ha dado respuesta directa al ofrecimiento que le hiciera la ministra Ribera para trasponer el Atlántico sin volar en avión, pero sí ha habido contacto con quienes la rodean.

«Hemos tenido contacto con personas próximas a Greta Thunberg», asegura Ribera. «Su dificultad no es de financiación, sino de formas de transporte. En esta época del año, el Atlántico norte no es fácilmente transitable, y ellos están estudiando diferentes formas de cruzarlo. Si no puede venir, también le hemos ofrecido otras formas de participación». En resumen, actuar. Aunque sea por vídeoconferencia.

 La cumbre marcará un nuevo rumbo en la agenda política, pues a partir de ahora disminuirá la «actuación regulatoria» y aumentará la «gobernanza» para pasar a la acción, según aseguró la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. «Hay una agenda oficial con amplios temas por día, pero con otra diferenciada en la que España, como país anfitrión, quiere hacer énfasis en los temas con mayor incidencia social», respondió Ribera esta mañana en Madrid. «Hemos visto cómo hay un interés importante en las cuestiones relativas a la sostenibilidad y en la transición justa».

«Contamos con la participación sindical, de los alcaldes, autoridades locales y vecinos», prosigue Ribera. «No somos el único país que está activando este tipo de agenda aunque sí somos el único que ha integrado esta visión en su marco estratégico desde el primer momento. En estos últimos meses hemos observado que éste es un plan fundamental porque la tensión social aumenta si no se trabaja con solidaridad».

La Cumbre del Clima, llamada COP25, se celebrará en Madrid y se empezó a organizar el primer día de octubre, luego que Chile renunciara a ser la sede y la ONU aceptara el ofrecimiento del Gobierno español. Ese día empezaron los contactos con el recinto ferial Ifema, que dedicará 100.000 metros cuadrados tanto las negociaciones como a las actividades principales.

En la COP25 habrá encuentros que podrían virar el rumbo energético del planeta, que darán continuidad al Protocolo de Kioto y al Acuerdo de París, aunque los países más renuentes a la disminución de gases de efecto invernadero, como Estados Unidos, probablemente no tenga una representación de alto nivel. El Gobierno extenderá invitaciones para asistir a la ceremonia inaugural a jefes de Estado de distintas naciones, incluso a Donald Trump, restó importancia Ribera. Chile presidirá las mesas que darán continuidad a los tratados ya suscritos por los países miembros, pero España se reservará un pabellón especial para esos temas en los que quiere poner el «acento», relacionados con la «dimensión social» de la transición ecológica y las «oportunidades de inversión que acompañan la transformación de la economía y la energía», con la descarbonización y las tecnologías alternativas en primera línea del debate.

«Los gobiernos deben facilitar la acción, pero involucra a toda la sociedad», mantiene Ribera sobre los lineamientos de un foro cuya organización podría alcanzar los 60 millones de euros (la de París, dice Ribera, requirió una inversión de 178 millones), con un retorno para la ciudad anfitriona de unos 100 millones, calcula el Gobierno. La inversión correrá a cargo de Chile, España, marcas patrocinadoras y filántropos.