La red estatal de investigación del ictus busca reducir las secuelas en pacientes

SOCIEDAD

SANDRA ALONSO

Los avances parten de estudios de genomas completos, enfermedades raras, nanotecnología o inteligencia artificial

08 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Reducir las secuelas que afectan a las personas que sufren un ictus es el principal objetivo de la Red Invictus+, liderada desde Santiago y a la que pertenecen los 22 grupos más punteros que investigan sobre este problema de salud en España. Desde ayer presentan 32 avances en una reunión en Santiago.

«La mortalidad por ictus se ha reducido en los últimos años, de alrededor del 25 % a situarse en el entorno del 10 %. El problema fundamental que tenemos es de morbilidad. Porque fallecen menos personas, pero se produce un gran impacto social por las secuelas», afirma el neurólogo José Castillo, del Clínico de Santiago, investigador de referencia de esta red estatal.

Afirma que se trabaja en líneas como «la identificación de un factor asintomático que aparece en personas de determinada edad, hipertensas, diabéticas, fumadoras, que van a ir a más y se trata de poder bloquear esa progresión. Se insiste en el interés de centrarnos en la disminución de la intensidad de las secuelas», agrega.

Sobre este aspecto, un reciente informe de la Sociedad Española de Neurología ha destacado que de 662.000 personas afectadas de ictus en España, entre 350.000 y 400.000 padecen algún tipo de secuela limitante de su actividad diaria.

Los avances que se presentan entre ayer y hoy en Santiago parten de estudios del genoma completo. Entre quienes siguen esta línea destaca un trabajo promovido desde la Fundación Mutua Terrasa, que investigó el genoma completo de 6.979 personas, lo que permitió alcanzar un descubrimiento relevante en un tipo de ictus isquémico.

La variante genética

Investigadores de Santiago presentan novedades sobre el cadasil, una enfermedad genética que produce ictus, poco frecuente, pero que es causa de elevada mortalidad en personas afectadas. Ataca principalmente a las arterias cerebrales y provoca infartos cerebrales. Los estudios en el Laboratorio de Neurociencias Clínicas compostelano permiten conocer mejor esta enfermedad rara, para la que no hay tratamiento efectivo.

Entre los nuevos conocimientos de la enfermedad cerebrovascular se comunican novedades en biomarcadores diagnóstico; el resultado de nuevas terapias, parte de ellas todavía en fases preliminares; trabajos con células madre o células progenitoras; o uso de las posibilidades de la nanotecnología, como nanopartículas o nanosondas.

José Castillo resalta asimismo estudios de una nueva proteína, que están en marcha en Santiago, y que se valora podrá ser una alternativa a la hipotermia, que consiste en la reducción de la temperatura corporal para el tratamiento, por las complicaciones y riesgos que supone.

Destaca asimismo Castillo los estudios multicéntricos: «La red Invictus+ potencia la colaboración entre grupos y entre investigadores clínicos y básicos. Es una red de verdad, que trabaja en las metodologías más punteras, por ejemplo en el desarrollo de la investigación genómica, para intentar buscar genes de expresión de determinadas enfermedades vasculares», afirma.

Grupos de esta red estatal «han realizado progresos sobre hemorragias intracerebrales, que son más desconocidas que el ictus isquémico y sobre las que cuesta más avanzar; y lideraron otros avances, ahora recogidos en guías internacionales», sostiene.

Utilizan tecnologías de inteligencia artificial para poder estudiar grandes cantidades de datos. La red une a investigadores básicos y clínicos, que buscan el descubrimiento y aplicación clínica de nuevos procedimientos diagnósticos y terapéuticos para el ictus.