Jordi Sierra i Fabra: «Galicia es la zona de España con más posibilidades para hacer novelas»

Mónica Pérez Vilar
MÓNICA P. VILAR REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El autor planea visitar varios faros gallegos, tema que le interesa para una novela
El autor planea visitar varios faros gallegos, tema que le interesa para una novela Francesc Gómez

El escritor barcelonés es protagonista de un inspirador vídeo con su historia de superación personal a través de las letras

29 oct 2019 . Actualizado a las 10:31 h.

Es uno de los autores más prolíficos de España, con más de 500 libros publicados. Ha tocado todos los palos: ensayo, novela, poesía, biografías... Opta por tercera vez al Premio Andersen, considerado el Nobel de la literatura juvenil. Pero en las últimas semanas, Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) se ha convertido en un auténtico fenómeno en la Red. El culpable: un vídeo del proyecto Aprendemos Juntos del BBVA en el que cuenta cómo leer le «salvó la vida» y cómo su sueño de ser escritor le permitió superar las palizas y vejaciones que sufría en la escuela por su condición de tartamudo.

-Escritor desde niño, con miles de páginas a sus espaldas y ahora en boca de todos por un vídeo...

-¡Es increíble! Amigos míos me dicen, Jordi, llevas 40 años diciendo lo mismo, y ahora de repente sale un vídeo y lo han visto 20 millones de personas. Y voy por la calle y la gente me reconoce: «Mira, hija, es el señor del vídeo de ayer». Y yo que de la fama huyo, que apesta, que quiero ser un tío discreto... Espero que sea algo pasajero. La fama, a mis años, por algo que es lo que siempre he dicho, es increíble.

-Pero es que su historia impresiona...

-¿Pero por qué impresiona? ¿Sabes cuánta gente ha sufrido bullying en la escuela como yo? Soy tartamudo, vale, lo superé, lo normal. ¿Sabes cuánta gente ha luchado contra un padre que no quería que su hijo fuera tal o cuál? No creo que yo sea diferente, pero como soy escritor y llego a mucha gente joven, me toman como referente.

-Su historia puede ser tristemente común, pero su reacción de agarrarse a la literatura como salvavidas es inspiradora.

-Eso sí es cierto. Mucha gente ha vivido sintiéndose inferior sin ser capaz de reaccionar. Y si estoy orgulloso de mí mismo es porque cada golpe que recibí me hizo más fuerte. Tenía un sueño, ser escritor, y me aferraba a esto de una forma brutal. Para mí era la vida, y recibía golpes y decía, sí vale, me estás pegando porque eres idiota pero yo seré escritor. Me aferraba a ese sueño. Tener sueños, ir a por ellos, defenderlos, creer en mí mismo, todo eso me hizo superar muchas cosas. Llámame tozudo, pero creo que la cultura que tenía fue la clave de todo. Pero no creo en la cultura de ir a la escuela y aprender para pasar un curso, creo en la cultura de la vida, y para mí leer es fundamental. Aprendes más leyendo que estudiando. Defiendo leer un libro al día, a la semana, absorber. Siempre digo que leer me salvó la vida.

«Aprendes más leyendo que estudiando. A mí leer me salvó la vida»

-¿Es usted más compulsivo como lector o como escritor?

-Como escritor. Sigo leyendo, ahora no un libro al día, sino uno a la semana. Pero como escritor soy una bestia cuando me lanzo sobre la máquina. Lo que me cuesta es el guion previo. Si hay que viajar al lugar donde transcurre el libro, viajo, y paso unos días. No me sirve Googlemaps. Ahí ves una ciudad pero no la sientes, no oyes los ruidos, las voces, no captas los sentimientos de la gente. Por eso ahora en Galicia voy a estar un par de días recorriendo los faros, porque es un tema que me interesa mucho para una novela. Y cuando planifico una novela, según de qué sea, he de viajar, he de aprender, he de leer, ese proceso es muy largo. Pero luego a la hora de escribirla la hago en una semana, 10 días... Ahí sí que soy compulsivo.

-¿Se va a colar entonces Galicia en una de sus novelas?

-Pues mira, a Galicia últimamente vengo una vez al año por lo menos, porque se están publicando muchos libros míos en gallego, tanto en Galaxia como en Kalandraka. He visto las últimas pelis de Tosar rodadas en ciudades gallegas. He estado por aquí, he recorrido las rías... y reconozco que es la zona de España con más posibilidades para hacer películas y novelas, y espero escribir algún día una ambientada enteramente en Galicia. Pero como soy muy joven, tengo tiempo (ríe).

Sierra i Fabra posando en A Coruña junto a la estatua de John Lennon
Sierra i Fabra posando en A Coruña junto a la estatua de John Lennon

-Para un escritor compulsivo como usted, 140 caracteres de un tuit deben sonar como una condena...

-Hace unos años en México, en directo en una televisión, una periodista me preguntó: «Señor Sierra i Fabra, no tiene usted redes sociales ¿por qué no tiene Twitter?» Y le dije: «Mira, querida, para un tipo como yo, compulsivo, escribir algo en 140 caracteres es como pedirle a alguien que haga el amor en dos minutos, cinco segundos y ocho décimas, ¡no se puede!» No me gustan las redes sociales, para mí es un ruido increíble y el ruido me molesta.

«Escribir algo en 140 caracteres es como hacer el amor en dos minutos, cinco segundos y ocho décimas»

«No escribo para jóvenes, escribo de jóvenes. La etiqueta literatura juvenil es una invención»

Sierra i Fabra protagonizó este lunes un encuentro literario en la librería Moito Conto de A Coruña, con motivo de la traducción al gallego de la segunda de sus novelas sobre la joven detective Berta Mir, publicada por la Editorial Galaxia.

-Los libros de Berta Mir se apoyan en dos elementos muy en boga: la novela negra y un personaje femenino fuerte.

-Más que novela negra, es novela policíaca. Y respecto a lo otro, muchos críticos literarios suelen coincidir en que mis personajes femeninos son más fuertes que los masculinos. Se ve que mi tanto por ciento femenino es muy elevado porque entiendo muy bien a las mujeres, y cuando las retrato en una novela todo el mundo me dice que son muy fuertes, muy intensas.

-Usted ha escrito libros para niños, para jóvenes, para adultos... ¿Es más difícil escribir para alguno de esos públicos?

-No, yo hago novelas, nunca me he preocupado de quien va a leerlas. Eso de juvenil es una etiqueta inventada. Lo que pasa es que la gente piensa que si el protagonista tiene 18 años, ya es un libro para chavales. Pero yo no escribo para jóvenes, escribo de jóvenes, que es muy distinto. Para mí solo hay dos categorías: niños y el resto. Porque cuando escribo para niños hago un cuento con un tema infantil, con menos páginas... Pero ojo, tampoco bajo el nivel del lenguaje.

-Y ahora intenta transmitir a los más jóvenes ese amor a las letras a través de una fundación.

-Tengo dos, una en España y otra en Colombia. Y un premio literario para menores de 18 años que ha descubierto un montón de autores. Y una revista online gratuita y trimestral donde se enseña a escribir y escritores explican cómo trabajan ellos... No soy millonario pero creo que en este mundo egoísta, materialista, si algo te sobra, tienes que compartirlo. No te lo quedes en el banco porque te vas a morir y se va a quedar ahí. Como dice Jodorowski, si la vida te ha dado un don, devuélvele a la vida un diez por ciento, y es lo que hago. Si yo fuera Bill Gates, Steve Jobs o mi querido Amancio Ortega ¡tendría una fundación Sierra i Fabra en cada lugar del mundo! Pero con lo que tengo, hago lo que puedo, y la fundación es el legado que espero dejar.

«Me sorprende que a tantas chicas les guste el reguetón, con lo que dice de ellas»

Volcado profesionalmente en la literatura, Jordi Sierra i Fabra fue también un afamado crítico musical en los años 70, fundador de varias revistas, incluido el fenómeno juvenil Súper Pop.

-Profesionalmente la música quedó relegada pero en lo personal, ¿qué papel sigue jugando en su vida?

- Pues verás. Te estoy hablando en mi despacho. Tengo delante de mí fotos en las que estoy con Freddie Mercury, Leonard Cohen, Frank Zappa, Serrat, sentado en la mesa de los Beatles de Apple Records... Solo hay una fotografía con un escritor, que es Gabriel García Márquez. Y por detrás de mí tengo 30.000 discos, así que en mi despacho no hay libros, hay música.

A la izquierda, una foto de juventud con Frank Zappa; a la derecha, retratado junto a García Márquez
A la izquierda, una foto de juventud con Frank Zappa; a la derecha, retratado junto a García Márquez

Dejé la música porque quería ser escritor, quería hacer novelas. Y vivía demasiado bien. Iba a Nueva York en Concord, me ponían helicóptero, limusina, era un VIP, estaba todo el día rodeado de estrellas, de giras, entrevistas... Y yo quería irme a América Latina, y a África, y a Asia, quería vivir como un escritor, sentir cosas, que me pasaran cosas, absorber la vida. Y si vives demasiado bien estás viviendo en una nube irreal. Así que un día, con dos hijos pequeños le dije a mi mujer lo dejo todo. Y lo dejé todo para hacer novelas. Pero la música sigue siendo mi energía. Viajar, la música, el cine y escribir, esa es mi vida. La música sería mi segunda gran pasión pero nunca llegará a tanto como escribir.

«Como crítico musical vivía demasiado bien. Y si vives demasiado bien estás viviendo en una nube irreal»

-¿Algo que musicalmente le haya sorprendido últimamente?

-No, ya nada me sorprende, querida. Las he visto de todos los colores, de todos los tipos. Quizás lo que sí me sorprende es haya tantas chicas que les guste el reguetón. Yo no podría bailar una cosa que me estuviera llamando perra, zorra, no sé qué... no podría. Así que me sorprende que guste tanto un género musical que denigra tanto a la mujer