«Cuando leí el guion del final de Juego de Tronos pensé: 'tiene que ser un chiste'»

julián alía COLPISA / MADRID

SOCIEDAD

FERNANDO VILLAR

El actor Isaac Hempstead-Wright, que interpreta a Bran Stark, asegura que lo pasó mal guardando el secreto del desenlace, que solo le contó a su madre

26 oct 2019 . Actualizado a las 19:08 h.

La mayor exposición de Juego de Tronos en España hasta la fecha arranca este sábado en Ifema, en Madrid. Para celebrar su apertura, estuvieron presentes el jueves en el recinto la diseñadora de vestuario Michele Clapton, y los actores Liam Cunningham (sir Davos Seaworth) e Isaac Hempstead-Wright, (Bran Stark). Allí, en una nueva experiencia interactiva de más de 1.400 metros cuadrados que ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de los decorados, atrezo y vestuario originales de la serie, el actor inglés, de 20 años, comenta que el secreto de Juego de Tronos reside «en el universo creado por George R.R. Martin», que «no es sólo una serie de libros» sino «un mundo del que es fácil sacar historias increíbles y traducirlas a la pantalla». La entrada a la expo cuesta 12,40 euros (de 4 a 12 años) y 20,40 euros (a partir de 13). Las entradas se pueden comprar en la web juegodetronoslaexposicion.es.

-¿Qué significa estar aquí?

-Significa mucho. Es bastante curioso, porque ha acabado la serie y da la sensación de que fue hace mucho tiempo. Volver y ver de nuevo todo el vestuario es algo muy especial. La verdad es que es algo que me toca, porque son trajes con los que he pasado mucho tiempo. Es una parte clave de mi crecimiento, de mi adolescencia, así que es muy especial. Da la sensación de que estamos otra vez rodando.

-¿Cuál es su parte favorita de la exposición?

-Hay una cosa muy divertida, puedes poner tu cara en el muro de los rostros. Para ser honesto, todo me parece increíble. No quiero que la gente venga a ver solamente una cosa. Lo increíble en esta exposición es que te ofrece la oportunidad de ver detalles que no se ven en pantalla y que existen. Todos los días llegábamos al rodaje y decíamos: «¡Qué bien está el vestuario! Tiene un montón de detalles que nadie va a ver jamás». Así que, si eres un fan de Juego de Tronos, no hay mejor lugar al que ir que esta exposición para poder ver la artesanía tan extraordinaria que conlleva fabricar todo esto.

-¿Cómo ha influido Juego de Tronos en su vida?

- No sabría decir, porque no es que tuviera vida antes de Juego de Tronos. Empecé con 10 años, y básicamente se ha convertido en todo lo que he conocido en mi vida. No es que mi vida haya cambiado, sino que mi vida ha sido esta. No exagero cuando hablo de lo importante que ha sido para mí, porque me ha permitido vivir la vida que tengo ahora. Me ha permitido conocer a mucha gente, viajar, y me ha conformado en la persona que soy hoy.

-¿Qué pensó cuando leyó el guion del último capítulo?

-No me lo podía creer. Me tuve que poner de pie y darme un paseo por la sala. Pensaba: «¿Qué es esto? Tiene que ser un chiste, tiene que ser una broma». Luego lo interioricé y pensé en que tenía que mantenerlo en secreto durante dos años. ¿Cómo iba a conseguir hacerlo?

-¿Le presionaron sus amigos y familiares para que se lo contara? 

-No. La verdad es que en casa la gente se portó muy bien. Solo se lo conté a mi madre, y le dije: «No te lo puedo contar por teléfono porque igual nos lo tienen pinchado. Te lo tengo que contar en persona» (risas).

-¿Quería el trono?

-Es una buena pregunta. No creo que Bran quisiera particularmente el trono. Entendió que era su destino y era la persona que lo tenía que ocupar, pero yo personalmente no. Solo quería sobrevivir. Pero bueno, creo que todo el mundo secretamente pensaba que estaría genial ocupar el trono. La cosa es que yo no pensaba de ninguna manera que iba a acabar ahí. Sí que iba a tener que ver con ello, que iba a ayudar a alguien a ascender al trono, pero no que iba a ser él.

-Acaba como rey de los seis reinos, pero no pudo sentarse en el Trono de Hierro. ¿Le dio rabia?

- Desde luego (risas). Después de todos estos años ni siquiera me dieron una corona. Eso sí que me fastidió. Solo me dejaron ser rey quince minutos de un episodio. Me timaron un poco ahí. 

- ¿Cuál es su secuencia favorita?

-La última escena que grabamos fue increíble. Había muchísima gente. Fue una escena larguísima con mucha densidad de diálogo y cobró bastante importancia. Fue una especie de intercambio dramático entre todos los personajes claves que finalmente se habían unido. La localización era como un coliseo romano, Itálica, que está en Sevilla, y era increíble grabar allí.

-¿Esperaba el éxito de la serie?

- No. Cuando empezamos ni siquiera pensábamos que se iba a transformar en una serie. Pensábamos que se quedaría en un piloto que la gente nunca seleccionaría. No fue algo que ocurrió de la noche a la mañana. Cobró importancia gradualmente. No fue una sensación viral que, de un día para otro, se convierte en la serie más importante del mundo. Fue algo muy gradual, muy paulatino. La emoción fue cobrando cada vez más importancia, y la expectación, creciendo y creciendo. Luego, de repente, fue la serie más grande del mundo y no ha dado pasos atrás.

-¿Ha podido disfrutarla también como espectador?

- Totalmente. Todos los que trabajamos en Juego de Tronos somos fans de la serie. Es una experiencia que vives una vez en la vida y nos ha encantado.