Síndrome del intestino fermentador: estar ebrio sin comerlo ni beberlo

SOCIEDAD

Un rarísimo trastorno del que apenas se ha documentado media docena de casos provoca muchos de los síntomas asociados a una borrachera

24 oct 2019 . Actualizado a las 16:29 h.

Hay veces que la realidad supera a la ficción de tal modo que incluso cuesta darle crédito. Éste que acaba de ser publicado por el prestigioso British Medical Journal es uno de esos casos. El de un ciudadano estadounidense que se pasó años deambulando de la consulta de un médico a la de otro, de especialista en especialista, con la esperanza de obtener un diagnóstico para su angustioso mal. En 2011, cuando contaba con 46 años y poco después de haber recibido un tratamiento de tres semanas de antibióticos para tratar una infección, comenzó a presentar de forma habitual muchos de los síntomas asociados a una borrachera: pérdidas de memoria, confusión mental, torpeza de movimientos, depresión, agresividad, dolor de cabez0. Y todo ello pese a que él aseguraba no haber bebido. Lo que no evitó que perdiese su empleo e incluso que fuese detenido y arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol, como delataba la elevada tasa de alcohol que registraba el alcoholímetro.

Por descontado lo primero que debieron pensar los galenos a los que acudía era que se trataba de un caso de alcoholismo recurrente de manual, incluida la negación de beber. Creencia a la que contribuían los niveles de alcohol en sangre que arrojaban las analíticas.

Por fortuna para el desafortunado parado, tras años de incomprensión topó con un doctor en Ohio que tenía constancia de un caso análogo que se había dado en 2013. El de un hombre de 61 años que presentaba la misma sintomatología y para el que, tras ser hospitalizado y sometido a numerosas pruebas y análisis, se constató que su intestino había sido colonizado por la levadura Saccharomyces cerevisiae, más conocida como la levadura de la cerveza, de tal forma que cada vez que consumía carbohidratos, ya fuese en un refresco, un plato de pasta, un sándwich, puré de patata, etcétera, la levadura convertía (o fermentaba) estos azúcares en alcohol en el intestino, desde el que pasaba a la sangre.

Un rarísimo trastorno del que apenas se ha documentado media docena de casos y que ha sido bautizado como el síndrome del intestino fermentador o síndrome de la autocervecera (ABS, por sus siglas en inglés auto-brewery síndrome). Que es motivado por la colonización de una parte del intestino por un microorganismo fermentador. Y que parece producirse por exposición continuada, como en el caso del hombre de 61 años, que elaboraba cerveza casera; o tras recibir algún tratamiento antibiótico que elimina parte de la población bacteriana y deja vía libre a la entrada de la levadura, como en el caso del protagonista de este relato.