Una sola cirugía con láser creada por un gallego elimina las piedras en la vesícula

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

En una hora se soluciona un problema que ahora requiere dos intervenciones complejas

24 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un dolor terrible en el abdomen, insoportable, que puede prolongarse hasta ocho horas y del que solo las personas con cálculos biliares pueden dar verdadera fe de su sufrimiento. Los pacientes con piedras en la vesícula sufren náuseas y en no pocos casos ictericia: su piel y el blanco de sus ojos se amarillea. Y aún es peor cuando los pequeños fragmentos solidificados de la bilis quedan atrapados en el conducto que une la vesícula biliar con el resto del intestino, el conducto biliar. Los enfermos incluso pueden sufrir pancreatitis, que en el 15 % de los casos puede llegar a ser mortal.

Lo habitual ante este cuadro clínico es que a los pacientes se les someta a dos intervenciones. La primera, mediante endoscopia con la introducción de un tubo por la boca hacia el duodeno para limpiar las piedras atrapadas y, la segunda, al cabo de dos, tres o cuatro semanas después, por medio de una operación laparoscópica para extraer la vesícula. Son actuaciones complejas, dolorosas y que requieren de varios días de hospitalización que ahora pueden sustituirse por una única cirugía de una hora de duración en la que se utiliza láser para ayudar a reducir el tamaño de los cálculos biliares de mayor tamaño. De esta forma también se aumenta su eficacia.

La nueva técnica, denominada LABEL, fue implantada descrita por el gallego Alberto Martínez Isla, que trabaja como cirujano consultant en el Hospital Saint Mark´s de Londres, la máxima categoría profesional en Gran Bretaña, donde lleva asentado más de veinte años.

El nuevo procedimiento, de una sola etapa, mejora la calidad de vida de los pacientes, ya que solo requieren un día de hospitalización. «Es un dos por uno que, encima, es más barato y presenta menos complicaciones para los pacientes. Y también es la técnica recomendada por las guías NICE britanicas. En los últimos 150 casos que hemos hecho, el porcentaje de éxito ha sido del cien por cien», explica Martínez Isla, quien está empeñado en ayudar a implantar su técnica nivel global. «Estoy trabajando duro para conseguirlo», dice. De hecho, realiza varias visitas al año a distintos hospitales españoles, también de Galicia, para formar a los profesionales. El próximo curso lo ofrecerá el 14 de noviembre en el hospital universitario de Toledo.

Habitualmente, en la primera fase para extraer las piedras que suelen quedar atascadas en el conducto también se hacía un corte en la vía biliar, pero no siempre se conseguía el objetivo porque los cálculos podían estar atascados o porque la incisión podía presentar acarrear complicaciones para el paciente. Y ahí fue cuando llegó la primera innovación impulsada hace años por el cirujano coruñés, que decidió incrementar la utilización del conducto cístico, el que une la vesícula con la vía biliar, para extraer los molestos fragmentos. «Así conseguimos evitar la fuga de la bilis que se podía producir con el corte, con lo que disminuyó la morbilidad de la operación».

Tras esta notable mejora decidió incorporar otra que perfeccionaba el procedimiento: la introducción del láser (técnica LABEL). «Si las piedras son muy grandes —apunta el especialista— o están atascadas, podemos fragmentarlas con el láser y, con una cesta que introducimos con el endoscopio, podemos retirar los trocitos, lo que incrementa la eficacia».

Toda la intervención quirúrgica se hace ahora mediante laparoscopia, mucho menos agresiva que una operación abierta, en la que se practican cinco orificios en el abdomen, uno de ellos para introducir la endoscopia. «Estamos ante la cirugía de la vía biliar 2.0», destaca el especialista gallego, quien explica que España, por lo general, aún está por detrás en este tipo de cirugía. «Aún están empezando con el estadio 1, aunque el doctor Martinez Cecilia del hospital de Toledo es pionero de la nueva técnica en España».

Lo que se aplica normalmente a los pacientes es una CPRE, en la que se introduce una endoscopia por la boca para limpiar el conducto bilial y luego, al cabo de unas semanas, se extrae la vesícula. «Es algo que no es de extrañar, pues aun en los Estados Unidos un 93 % de los casos se tratan de esta manera», asegura Martínez Isla.

«No hay mayor ‘brexit' que el que hace España con los médicos del extranjero»

Aunque mantiene un estrecho contacto con Galicia y con los cirujanos gallegos, Alberto Martínez Isla ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en Gran Bretaña, donde ha alcanzado todo tipo de reconocimientos. Estos méritos, sin embargo, no han sido valorados en España. O al menos no lo suficiente como para poder ejercer su trabajo dentro de la sanidad pública. Hace siete años el Gobierno de Castilla y León lo intentó fichar como jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo para el hospital de León. Pero no fue posible. Como tampoco lo fue el intento que hicieron para incorporarlo a Salamanca y, más tarde, a Galicia. Y tampoco tuvo éxito cuando quiso presentarse a la plaza de jefe de servicio convocada por la gerencia de Gestión Integrada de Ferrol. No tuvo ni opción a participar en el concurso, pues fue excluido por no trabajar en el sistema publico español.

En todos los casos se encontró con la misma traba burocrática: en España solo pueden optar a plazas de jefe de servicio el «personal estatutario». O, lo que es lo mismo, los profesionales que ya trabajan en el Sistema Nacional de Salud. No era el caso de Martínez Isla, que lo hizo durante casi toda su vida en el Reino Unido. Intentó cambiar la situación con escritos al Ministerio de Sanidad, al presidente del Gobierno e incluso recurrió a la Unión Europea para pedir que se abriera un expediente contra España por vulnerar la normativa comunitaria en lo referente a la libre circulación de trabajadores. Tampoco lo consiguió.

«Ahora —dice— ya me estoy haciendo a la idea de que me voy a tener que quedar en Inglaterra, donde me tratan muy bien». Aún así, le queda un lamento: «Luego hablan del 'brexit', cuando no hay mayor ‘brexit' que el que hace España con los médicos del extranjero que quieren venir volver a trabajar aquí».