La jubilación dorada de la orangutana Sandra

Marcela Valente MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Cedida Gobierno Buenos Aires

Cinco años después de ser declarada persona no humana por la justicia argentina en un fallo histórico, viaja por fin hacia un santuario de simios en Estados Unidos

28 sep 2019 . Actualizado a las 17:46 h.

 Sandra se dirige hacia su tranquila jubilación. Hacia su retiro en Florida, como tantos americanos. Hasta ahí, nada extraño. Lo particular es que Sandra es una oranguntana. Cinco años después de un histórico fallo judicial que declaró al animal persona no humana, la orangutana que había vivido desde los ocho años en el zoológico de Buenos Aires aterrizó este viernes en Dallas, Estados Unidos. De allí fue trasladada por vía terrestre a un zoológico de Kansas, donde será sometida a controles médicos hasta que esté en condiciones de llegar a su destino definitivo: un santuario de grandes simios en Florida donde vivirá en libertad junto a otros.

El caso de Sandra había causado un gran impacto en el año 2014. Miembros de la Asociación de Abogados y Funcionarios por el Derecho Animal de Argentina patrocinaron a la primate que vivía en el zoológico y hallaron eco en la justicia que, hasta ese momento, consideraba a todos los animales como objetos y no como sujetos de derechos. Los letrados demostraron que Sandra es un ser sintiente; es decir, siente, razona, mantiene lazos afectivos, se frustra, toma decisiones, llora las pérdidas, se comunica, aprende y puede transmitir lo aprendido. Los abogados advirtieron que el zoológico estaba violando el derecho de Sandra a la libertad al mantenerla en cautiverio y presentaron un habeas corpus para exigir su inmediata liberación. Los argumentos convencieron a los magistrados quienes ordenaron el traslado a un santuario de grandes primates.

Pero las gestiones se demoraron. El zoológico de Buenos Aires cerró y ya había sido recolocada la mitad de los animales. No obstante, ella aún seguía allí. Los veterinarios advertían que ya presentaba una depresión leve y se mantenía inactiva. Había riesgo de que se automutilara. Las autoridades evaluaron la posibilidad de enviarla a un santuario de Brasil, pero finalmente la jueza Elena Liberatori optó por el Centro de Grandes Simios de Wauchula, Florida, un sitio de 40 hectáreas considerado el mejor para los homínidos. Allí, la orangutana que ya tiene 33 años podrá estar con otros 20 simios, gorilas y chimpancés que fueron -como ella- rescatados de zoológicos y de otros sitios donde eran utilizados como mascotas. Entre ellos el chimpancé Bubbles, que fue mascota de Michael Jackson.

Sandra partió de Buenos Aires el jueves tras un período de entrenamiento que permitió que ingresara sola, sin forcejeos, en una caja diseñada para su traslado. El habitáculo tenía orificios para la entrada de luz y aire, puertas para el ingreso de comida y bandejas para retirar sus deposiciones. Ahí viajó hasta el aeropuerto internacional de Ezeiza donde fue embarcada sin ser sedada pero con gran sigilo en la bodega de un vuelo comercial. Tras un periplo de once horas, Sandra llegó este viernes a Dallas con su veterinario y un cuidador. Comió algunas uvas y tomó agua de coco, y como su estado de salud era óptimo, la comitiva siguió viaje hasta el zoológico Sedgwick County en Kansas. Allí permanecerá en cuarentena y será sometida a una serie de análisis y estudios. Una vez que esté en condiciones, podrá viajar hasta su destino definitivo.