Trescientos mil gallegos, en la cuerda floja de caer en la exclusión

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

JOSE PARDO

Son personas integradas pero sin apenas colchón, por lo que una crisis los dejaría sin recursos

26 sep 2019 . Actualizado a las 16:37 h.

Más de 500 personas, entre ellas 125 investigadores de 30 universidades y 350 encuestadores puerta a puerta, han participado en la elaboración del octavo informe de la Fundación Foessa, una entidad impulsada por Cáritas para conocer la situación social de los españoles. Y los resultados tienen luces y sombras. Guillermo Fernández, coordinador de la investigación, presentó los datos gallegos que se caracterizan por tres peculiaridades: baja el número de personas que están en exclusión social; sube el grupo en peor situación, es decir, los que atraviesan una exclusión severa; y se eleva de forma llamativa un grupo de personas que están integradas pero de forma tan precaria que la anunciada desaceleración podría hacerles caer en la exclusión. 

Son casi trescientos mil gallegos que en estos momentos tienen una vida digna pero se han quedado sin colchón. Los empleos precarios y la inestabilidad laboral provocan que «no sea necesaria una crisis muy profunda para que estas familias caigan en la exclusión, sumándose al 17,4 % de la población gallega que ya lo está», explica Fernández. 

Porque las cifras de la exclusión en la comunidad gallega son llamativas. Unas 470.000 personas, casi uno de cada cinco ciudadanos. Es la sociedad estancada. En cinco años ha disminuido esta bolsa de excluídos, 30.000 personas menos. Pero aumentan los que están en peor situación, unas 226.000 personas en exclusión severa. Dentro de este grupo hay un pequeño colectivo de 56.000 gallegos que sufren las consecuencias más duras de la expulsión social. Los mecanismos de protección han fallado y su situación es tan vulnerable que ni ellos son capaces de buscar este amparo, «son las personas que no cuentan, los 56.000 últimos de Galicia», apuntó el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras. 

¿Quiénes son los 56.000 expulsados del marco social? 

Este grupo de personas se caracteriza por dos aspectos, su pobreza monetaria, es decir, viven de ayudas, organizaciones sociales o familia si la tienen, y están afectados por algún elemento en su salud que les ha expulsado del trabajo. Por ejemplo, apuntó el coordinador de la investigación, personas que han pasado un cáncer, eso les ha hecho perder su trabajo, y no tienen derecho a una ayuda por discapacidad. 

La exclusión tiene rostro español

En Galicia la exclusión tiene nacionalidad española. Nueve de cada diez son de aquí. Eso no impide que un inmigrante tenga más opciones de vivir en exclusión. Lo mismo ocurre con el sexo. La mayoría de las personas en exclusión son hombres, pero las mujeres tienen más probabilidades. En cuanto al entorno, el mayor riesgo está en núcleos de tamaño medio, como las ciudades menos pobladas, pero el mayor número se concentra en las grandes urbes.

Los pobres que trabajan

Con la crisis nació en España un nuevo colectivo de personas, los trabajadores pobres. Galicia no es ajena a ello, el 12,3 % de las personas que trabajan están en exclusión social y un 3,6 % en pobreza severa, un porcentaje que se ha triplicado desde el 2013. 

Todo esto ha provocado que aunque Galicia está en la franja más positiva a nivel estatal, poco a poco deja de parecerse a la cornisa norte, la que tiene mejores tasas de integración, para acercarse a las comunidades del centro de la Península. «Hay que revincularse», insistía el obispo de Mondoñedo-Ferrol, ya que la sociedad está cada vez más desvinculada. «Debemos preguntarnos cómo conseguir que el ciudadano, cada vez más individual, colabore en ayudar a estas personas en riesgo de exclusión», añadía Guillermo Fernández.