Un sueldo por vivir en un pueblo

María Signo CORRESPONSAL | ROMA

SOCIEDAD

Fabio Pitisci

La región de Molise lucha contra la despoblación con incentivos económicos

23 sep 2019 . Actualizado a las 08:37 h.

El centro de Italia se despuebla y en las pequeñas aldeas situadas en las laderas y en los valles de los Apeninos cada vez vive menos gente. En localidades como Pizzone, en la provincia de Isernia, con tan solo 300 habitantes, falta de todo: supermercados, tiendas, farmacia... Solo sobrevive un bar-tienda en el que, además de café, los vecinos pueden comprar pan, leche y algunos productos de primera necesidad. La población envejece y los pocos jóvenes que nacen en estas aldeas montañosas de difícil acceso escapan en busca de escuelas, trabajo y diversión. Solo en la región sureña de Molise, de los 136 ayuntamientos que la forman un centenar tienen menos de dos mil habitantes. El gobierno regional lucha para que estas localidades no se conviertan en pueblos fantasma y por ello ha decidido dar 700 euros al mes a quienes se censen en uno de estos ayuntamientos y creen una actividad económica durante un mínimo de cinco años.

La Junta de la Región Molise, presidida por Donato Toma, había pensado en una ley para frenar la despoblación, pero su tramitación era larga, por lo que el consejero Antonio Tedeschi optó por un sistema más sencillo, dedicando al proyecto de repoblación un millón de euros provenientes de un fondo del Ministerio del Desarrollo. «Esta iniciativa nace para poner freno al triste fenómeno de la despoblación. Somos conscientes que las ayudas no son la panacea de todos los males, pero estamos convencidos de que pueden representar un primer paso hacia la revitalización de nuestros pequeños pueblos», escribió Toma en Facebook.

Evitar fraudes

Los que deseen optar al «sueldo de residencia activa» disponen de 60 días, a partir del 16 de septiembre, para presentar la solicitud. Estas serán estudiadas con atención y quienes lo reciban serán controlados para evitar fraudes y conseguir que se asienten verdaderamente en el pueblo. «Se trata de crear economía en el territorio y de atraer a nuevos residentes, estimulando también a personas de otras regiones que tienen ganas de cambiar de estilo de vida», explicó Tedeschi.

Los alcaldes de estos pueblos, que solo se animan en verano cuando acuden a ellos para pasar las vacaciones los que se han ido o sus descendientes, han puesto todas sus esperanzas en la iniciativa: «Hacen falta estructuras económicas y de ocio», indican todos ellos, y por eso los recién llegados tendrán la oportunidad de abrir cualquier tipo de actividad: desde panaderías o papelerías hasta restaurantes o empresas de tipo agrícola.

Terremotos

Molise es una región montañosa del centro de Italia que por un lado se asoma al mar Adriático y por otro a la cordillera delos Apeninos centrales. En estos montes existen pueblos que son auténticas joyas arquitectónicas sometidas a una muerte irremediable por la sangría demográfica que sufren. Como ejemplo está Filignano, que en treinta años pasó de 3.000 habitantes a los tan solo 700 actuales. Todo el centro de Italia se enfrenta a la despoblación, a veces agravada por otros factores como los terremotos. Umbria, Abruzzo o el interior del Lacio han sido víctimas de ellos en los últimos años y las secuelas se ven. Los datos de Confindustria, la patronal italiana, dejan poco espacio al optimismo. A diez años del terremoto del 2009 que arrasó L’Aquila (Abruzzo), el centro de la ciudad, aunque en parte reconstruido, continúa vacío. En los pueblos del interior de Lacio y Umbria afectados por los seísmos del 2016, además de la caída del turismo por falta de estructuras, muchos de los residentes aún no han podido regresar a sus casas porque algunas localidades, como Amatrice, fueron totalmente destruidas. Reconstruir y volver a poner en pie las viviendas, los comercios y las empresas de la zona es difícil, y son muchos los que han renunciado.