Adrián Castiñeiras: «Recomiendo a la gente que no se encariñe mucho con ningún personaje»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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A estiba se estrena esta noche en TVG

22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Interpretar, escribir y producir son las tres pasiones de Adrián Castiñeiras (A Coruña, 1982), que ha encontrado en A estiba la oportunidad de cambiar los registros que hasta hora había mostrado al público como actor en trabajos anteriores. Él encarna a César Longueira, que es el jefe en la sombra del puerto de Ardora. Por sus manos pasa toda la mercancía ilegal que llega por barco a la ciudad.

-César, su personaje, trabaja en el mar, al igual que Héctor en la serie «Viradeira», pero su papel es radicalmente opuesto.

-Para mí este ha sido un regalo de personaje, porque no lo había interpretado nunca. Normalmente me dan papeles de chico bueno y novio perfecto, el chico de ir de traje. Y este es completamente opuesto. Es un trabajador del puerto, un hombre elemental con un punto de violencia y oscuridad que nunca había tenido. Al principio del casting, cuando surgió mi nombre para este papel, hubo muchas dudas, porque nunca me habían visto haciendo algo así. Pero me dieron la oportunidad y me lo trabajé mucho, porque me interesaba explorar ese perfil. Y conseguimos llegar al final, cosa que me hizo muy feliz. Disfruté mucho en el rodaje, porque al principio de la serie César está planteado como el chico malo de la historia, aunque luego veremos que tiene sus matices. Solo en un sitio en el que confiaran mucho en mí podían darme una oportunidad como esta.

-¿Resulta difícil no encasillarse como actor?

-Esta profesión funciona así incluso en los niveles más altos. Son pocos los actores que puedan permitirse el lujo de cambiar de perfil y de personaje, porque el público lo que quiere de ti es lo que te ha visto hacer hasta ese momento. Por eso cuando surgen oportunidades como esta hay que agarrarse mucho a ellas y pelearlas.

-¿Cómo se preparó para ser César?

-Todo empezó por encontrar las motivaciones de este personaje, por entender qué hay detrás de su violencia, por qué es un tío cerrado al amor o a las relaciones con las mujeres. Y luego siempre que trabajo me apoyo mucho en los cambios físicos. Lo hice en Viradeira, por ejemplo, explorando un cuerpo mucho más atlético para un tipo que es una especie de Indiana Jones. Y aquí lo que hice fue ganar mucho peso y masa muscular para verme más grande y salir de mi estética habitual, dejarme una barba muy larga para, a través del cambio físico, acercarme a un personaje y alejarme de mí. Creo que eso lo conseguimos, también gracias al departamento de maquillaje, peluquería y vestuario. Hay un trabajo actoral en la forma de hablar, más pausada, en la forma de caminar y en anécdotas curiosas como el hecho de que yo, que no soy fumador, tuve que comprarme mis paquetes de tabaco sin nicotina y aprender a fumar.

-César es el amo del puerto. La policía le tiene ganas.

-Controla durante mucho tiempo el puerto, que es la principal fuente de riqueza de Ardora. César tiene un código moral y unas leyes muy concretas y férreas, pero son las leyes del puerto, no las de la policía. Ahí está el conflicto, porque para él lo más importante es defender el negocio, a su familia y a su gente. Y lo hace con uñas y dientes. Hay una metáfora muy bonita a la que llegamos trabajando las relaciones de los tres hermanos Longueira, que dice que el pequeño es el corazón, el mayor es el instinto, y el del medio, César, es el cerebral. Por eso es el que lleva los negocios y tiene conflictos con sus hermanos. También es un personaje muy marcado por la figura de su padre, que trabajó, «rompendo o lombo», durante años por una miseria de sueldo. Él cuando ve la posibilidad de ganar más dinero para su familia lo va a hacer.

-¿Se avecina un choque de clanes entre los Longueira y los Fortes?

-Están el clan de los Longueira, que es el negro, el yin, y el de los Fortes, que supuestamente es el blanco, el yang. Esta serie transcurre en el universo donde estos dos mundos se permeabilizan y se filtran, en ese área gris donde aparece el conflicto y los personajes pasan de lado a lado. Esto es un thriller con todas las de ley, con giros de guion dentro de cada capítulo y a lo largo de la temporada. Desde Juego de tronos, todo el mundo puede morir o cambiar de bando en cualquier momento. Recomiendo que la gente no se encariñe demasiado con ningún personaje, no solo porque vaya a desaparecer, sino porque cualquiera puede hacer un quiebro y cambiar sus valores de un día para otro. Veremos relaciones y pactos inesperados.