La norma permitía los vientres de alquiler en los casos de mujeres sin útero o con una lesión que les impidiese quedarse embarazadas
19 sep 2019 . Actualizado a las 08:45 h.El Tribunal Constitucional portugués volvió este miércoles a anular la ley de gestación subrogada porque considera «inconstitucional» que no incluya un período de arrepentimiento para la gestante después del nacimiento del bebé. La decisión, anunciada en un comunicado, era esperada después de que el Parlamento volviese a aprobar el pasado julio una norma que legaliza los llamados «vientres de alquiler» sin incluir la posibilidad de arrepentimiento de la gestante, un punto que ya había sido declarado «inconstitucional» por el Tribunal en el pasado, según informa Efe.
Es la segunda vez que el Constitucional anula la norma que legaliza la gestación subrogada en Portugal, promovida por el Bloque de Izquierda. La ley permitía el acceso sólo a mujeres sin útero o con una lesión que les impidiese quedarse embarazadas y limitaba al «mínimo indispensable» el contacto del bebé con la gestante, que no podría recibir ningún pago.
La versión inicial, aprobada en 2017, fue anulada nueve meses después de entrar en vigor por el Constitucional, que manifestó objeciones ante la falta de posibilidad de que la gestante se arrepintiese después de dar a luz.
La decisión judicial dejó en el limbo a las parejas que ya habían iniciado los trámites, una de ellas de nacionalidad española, aunque se permitió que siguiera adelante el único caso en el que había empezado el tratamiento médico, en el que la mujer finalmente no consiguió quedarse embarazada.
La norma volvió el pasado mes de julio al Parlamento, donde el Bloque de Izquierda intentó que se incluyese un periodo de arrepentimiento, pero ese artículo no pasó el trámite parlamentario. Con ello, el Parlamento acabó aprobando otra vez una ley que no subsanaba las objeciones del Constitucional, lo que la abocó a un nuevo veto.
El Bloque de Izquierda ya manifestó su intención de volver a llevar la gestación subrogada a la Cámara en la próxima legislatura -hay elecciones el 6 de octubre-, para intentar aprobarla con una nueva composición parlamentaria.