«Mi generación verá la cura de la mayoría de los tipos de cáncer»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

López, uno de los mayores expertos en metástasis, asegura que los tumores infantiles siguen siendo un misterio

13 nov 2019 . Actualizado a las 21:51 h.

«No sé cómo explicarlo, pero cuando vengo a Galicia siempre tengo la sensación de que llego a casa». De Eduardo López Collazo (Cuba, 1969), director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ), en el que tiene a su cargo a más de 1.700 investigadores, podría decirse que hoy regresa a casa. Lo hará para presentar su libro ¿Qué es el cáncer? (Librería Lume de A Coruña, 19.00 horas). Y también para ofrecer mañana jueves una charla en el Muncyt (19.30 horas) invitado por la Fundación CorBI. Hablará sobre Más allá de la quietud: una aproximación a la metástasis. Desvelar la causa del 90 % de las muertes por cáncer es a lo que dedica sus esfuerzos este físico nuclear de formación reconvertido en inmunólogo por su ansia de comprender el por qué de las cosas. «Los secretos de la vida son mucho más interesantes», dice quien está convencido de que dentro de no demasiado tiempo la mayoría de los tumores se curarán, siempre que se mantenga la apuesta por la investigación.

 -Y si le digo que el cáncer es la deuda que pagamos por vivir más, ¿me equivoco?

-En absoluto, porque en muchos de los casos tienes toda la razón, porque entre los factores que promueven el cáncer están las mutaciones que se van acumulando durante la vida y, en algún momento, alguna de ellas puede ser tumoral. Es uno de los precios que pagamos por vivir tanto. Sin embargo, en el caso de los niños es distinto.

-En los tumores infantiles qué influye, ¿la herencia genética?

-Pues mira por donde no está del todo claro. No podemos decir exactamente que sean mutaciones heredadas. Por lo tanto, el cáncer infantil sigue siendo un gran misterio, porque los niños no están expuestos a todos los factores ambientales que inducen un cáncer, como la exposición a las radiaciones solares, el tabaco, el alcohol...

-En general, que incide más en un cáncer, ¿la herencia o los factores ambientales?

-Yo diría que es un compendio entre las dos cosas, aunque sí es cierto que los casos de cáncer puramente hereditario, de base genética, no superan el 10 % de los casos que conocemos, aunque en España son un poco más.

-En realidad no nos morimos de cáncer, sino por la metástasis. ¿Sigue siendo la cuenta pendiente de la investigación?

-Sí, una de las grandes cuentas pendientes de la medicina es comprender el proceso de metástasis. Sigue siendo un misterio.

-¿Empezamos a entenderla?

-Yo creo que necesitamos todavía un cambio de paradigma, de concepto. Cuando hablamos de curar el cáncer hablamos en realidad de más de 200 enfermedades bajo un mismo nombre. Muchos tipos ya son curables, pero, en general, cuando curamos una enfermedad es porque la hemos entendido. Y la metástasis todavía no. Hasta ahora, con todas las teorías que se han montado, nada funciona de forma contundente, lo que significa que tenemos que empezar a cambiar la idea de cómo explicarla. Y es algo que estamos intentando hacer nosotros y otros muchos grupos. Si conseguimos saber cómo es el proceso, sabremos cómo bloquearla.

-Muchos expertos hablan de que el cáncer acabará cronificándose. ¿Usted también lo cree?

-No exactamente. Soy optimista y estoy más en la línea de que el cáncer se puede curar, pero no erradicar, porque no es un patógeno que tratar con una vacuna.

-¿Cuándo?

-Me aventuro a decir que los de mi generación veremos la cura de la mayoría de los tumores, de una gran cantidad de ellos. Es una apreciación basada en el análisis de los datos, de cómo hemos evolucionado en los últimos años, aunque todo depende de si seguimos en la misma línea, porque si se corta la investigación se demoraría mucho más. De cinco años a esta parte vemos que tumores incurables se tratan ahora con inmunoterapia. Los pacientes tienen una segunda oportunidad.

«A los científicos nos tratan como si fuéramos corruptos»

Eduardo López Collazo es optimista respecto a que la ciencia conseguirá vencer al cáncer, pero no lo es tanto sobre la financiación que se necesita para mantener los avances.

-¿Por qué no es tan optimista sobre la financiación de la investigación?

-Porque si analizas un poco la historia de la humanidad ves que la sociedad nunca se ha interesado por la ciencia. Se interesa a posteriori, o cuando tiene una urgencia que resolver. Y España tampoco es el mejor ejemplo, más bien todo al contrario, porque aquí se ve muy bien que cuando hay algún problema se corta la financiación a la ciencia. Y nadie sale a la calle para protestar por los recortes en ciencia. El ciudadano no tiene la conciencia de la importancia que tiene para todo, para todo lo que se mueve.

-Tampoco los políticos.

-Tenemos que dejar de decir que los políticos no apoyan a la ciencia, porque son el reflejo de la sociedad. Si esta no considera que la ciencia es importante, pues el político tampoco lo hará y tampoco va a hacer nada, porque sabe que no será penalizado por ello.

-Esta conciencia quizás sea menor en España.

-La ciencia siempre ha sido famélica en todo el mundo, y en España especialmente, pero es que ahora ya ni siquiera protestamos porque haya poco dinero, que sigue habiendo poco, sino porque el dinero que hay es casi imposible gastarlo por las últimas leyes de contratos públicos, que obliga a los científicos a hacer continuos concursos. Nos tratan como si tuviéramos posibilidad de corrompernos y llevarnos el dinero a casa, aunque la realidad es que en ciencia nunca ha habido corrupción. Y no porque seamos mejores que nadie, sino porque no hemos tenido dinero para ello.

-Poco dinero y sin posibilidad de gastarlo. Difícil...

-Tenemos poquísimo dinero y para gastarlo no te puedes imaginar lo que hay que hacer. Nos estamos volviendo unos burócratas increíbles. En mi grupo de investigación tengo una persona dedicada exclusivamente a hacer todo el papeleo que necesitamos, por ejemplo, para poder gastar 20 euros en un reactivo. Mi grupo es grande y me lo puedo permitir, pero otros no.