¿Es urgente? ¿Hay excepciones? Las declaraciones de la ministra de Sanidad generan confusión, pero los expertos tienen claras las recomendaciones, que se lanzaron en el 2017

Elisa Álvarez
Redactora
Andrea Presedo

Desde hace unos días, y a raíz de que la Organización Mundial de la Salud alertase del incremento de casos de sarampión en Europa, en España se ha abierto un debate sobre si los adultos deben vacunarse contra esta enfermedad, y en concreto sobre quién debe hacerlo. Las declaraciones de la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, sobre la vacunación entre los nacidos a partir de 1970, ha elevado aún más la confusión sobre si es una medida nueva o si se va a poner en marcha alguna campaña específica.

En Galicia, el Sergas afirma que no hay ninguna novedad. Es decir, de momento no se ha puesto en marcha ninguna iniciativa de llamamiento para que se vacunen los nacidos a partir de 1970, «pero si vienen, por supuesto que podemos pautarle la vacuna», explica Jesús Sueiro, médico de familia del ambulatorio Concepción Arenal de Santiago y vocal de Agamfec. Esta recomendación de que los adultos se vacunen si no están protegidos no es nueva. En el año 2017 la Consellería de Sanidade aprobó por primera vez un calendario de adultos. Pues bien, este documento recoge que es recomendable que todas aquellas personas que hayan nacido después de 1981 se protejan con dos dosis de la triple vírica -sarampión, paperas, rubeola- si no están vacunados; mientras que a los que hayan nacido entre 1968 y 1981 y no tengan criterios de inmunidad -estar vacunados o haber pasado la enfermedad- les bastaría con una dosis. El hecho de que se ponga el corte en 1968 es porque se supone que los que han nacido antes han padecido el sarampión, ya que era una enfermedad que circulaba en España.

 Por qué 1981 marca la diferencia

¿Y por qué estas recomendaciones hacen una diferencia a partir de 1981? Porque fue ese año cuando se introdujo de forma generalizada en el calendario de vacunación infantil la triple vírica, por lo que a los nacidos a partir de esa edad y no protegidos se les aplicarían dos dosis por no estar en contacto con la enfermedad.

No hay ninguna campaña nueva

Desde los centros de salud gallegos insisten en que no existe ninguna novedad respecto a la vacunación. Ni han recibido notificaciones, ni circulares, ni ninguna información sobre cambios en la vacuna del sarampión. Tampoco han detectado alarma entre la población «hay muchos pacientes que preguntan por la del tétanos cuando se cortan o se clavan algo, pero por la del sarampión no», explica Sergio Cinza, médico de familia y vocal de la sociedad científica de primaria Semergen. Tanto él como Sueiro coinciden en una afirmación, y es que afortunadamente nunca han visto un caso de sarampión, «sí de paperas», comentan los dos.

La misma información se maneja en los hospitales. María José Pereira, jefa del servicio de Medicina Preventiva del Chuac, recuerda que no ha habido cambios en el calendario desde el 2017. España, independientemente de la situación crítica de algunos países de la Unión Europea, tiene bajo control el sarampión.

No hay urgencia

Sí es cierto que existe esta recomendación desde el 2017, en la que se aconseja a la población adulta de menos de 50 años que se pase por su centro de salud para valorar su protección frente al sarampión «pero sin urgencia». La triple vírica se introdujo de forma progresiva en los 80 «por lo que para los nacidos alrededor de los 70 no tenemos constancia de si fueron vacunados o si pasaron el virus, que en esos años circulaba de forma irregular», explica esta experta.

No sirve para pacientes inmunodeprimidos

Una particularidad de esta vacuna es que no se puede administrar de forma generalizada porque los virus no están muertos. Es muy eficaz, pero no se puede poner en pacientes inmunodeprimidos, «en esos casos lo que hacemos es decirles que no pueden acercarse a gente que esté sufriendo sarampión y vacunamos a todas las personas de su círculo próximo», concluye.

El objetivo, erradicación en Europa

Los movimientos antivacunas hacen que en Europa vuelvan con fuerza enfermedades casi desterradas. Eliminar el sarampión y la rubeola, ambas altamente contagiosas, es uno de los objetivos de la OMS para su región europea, que incluye a 53 países, en el año 2020. Para ello es preciso mantener las tasas de cobertura por encima del 95 % a nivel local, autonómico y estatal. España lo consigue de media aunque hay dos comunidades -Cataluña y Cantabria- que en el 2018 bajaron de ese porcentaje en la primera dosis de la triple vírica en niños, que se pone a los doce meses. Galicia, con un 98,6 % de todos los niños susceptibles, es una de las autonomías que presentan mejores índices. La segunda dosis, indicada a los tres años, baja en todas las autonomías. En este caso la comunidad gallega está por debajo de la media estatal según las estadísticas que el Ministerio acaba de publicar del balance del 2018.

 

Es la enfermedad más contagiosa, por lo que la tasa de cobertura debe superar el 95 %

Cuando se habla del sarampión se incide mucho en la importancia de la vacunación. ¿Por qué? Porque es una enfermedad altamente contagiosa. Tanto, que encabeza el índice Ro, que se utiliza precisamente para medir esta capacidad de contagio. Esta herramienta analiza cuántas personas infectaría de media un individuo en una población sin vacunar. El sarampión tiene un índice de entre 12 y 18, mientras que el ébola, del que se habla con tanto temor, solo presenta un índice 1,5. El VIH o la gripe también tienen índices más bajos, mientras que la tosferina se sitúa entre las patologías más contagiosas, aunque debajo del sarampión. Esto hace que para proteger a la población no valga una cobertura de vacunación del 70 u 80 %. Para romper la transmisión del sarampión, la vacunación debe estar por encima del 95 %, algo que en España se consigue. Pero al ser precisa una tasa tan alta cualquier movimiento antivacunas o relajación entre la población puede hacer perder la inmunidad de grupo.

El último brote en Galicia

Galicia ha demostrado su protección frente a esta enfermedad. El último brote en la comunidad, confirmado en junio en la provincia de Ourense, afectó solo a tres personas pese a que durante el proceso los afectados tuvieron contacto con un gran número de individuos. En el 2011 hubo otro con siete contagios. En cuanto a casos aislados, en abril del 2018 apareció un caso importado de Francia. Y es que las altas coberturas de vacunación consiguen que aunque lleguen a Galicia casos, no se produzcan contagios masivos.

La aplicación móvil del Sergas

Desde el 2018 está funcionando una aplicación para dispositivos móviles de la Consellería de Sanidade denominada Vacgal. Está disponible para Android e iOs y permite a los usuarios consultar si tienen al día las inmunizaciones recomendadas. Como incluye datos confidenciales de los pacientes, para poder usar la app es necesario darse de alta en É-Saúde y en Chave365.

Así han cambiado las cartillas de vacunación desde hace 50 años

En la primera se incluían cinco: contra polio, tétanos, difteria, viruela y tosferina

La Voz

La historia de los calendarios de vacunación en España comienza en 1975, año en el que se constata la necesidad de disponer de un sistema de vacunas para proteger a la población de determinadas enfermedades, según detalla la Asociación Española de Pediatría.

Así, en esta primera cartilla se incluían cinco vacunas diferentes: contra la polio, tétanos, difteria, viruela y tosferina. No sería hasta el 78 que se implantaría la del sarampión, que en ese momento se ponía a la edad de 9 meses.

En 1979 el Gobierno añadiría a este primer calendario la rubeola, pero solo para las niñas, y a los 11 años.

Tan solo un año después se consigue erradicar por completo la enfermedad de la viruela, por lo que poco a poco desaparece la obligatoriedad de ponerla.

En 1981 aparece por fin la famosa triple vírica en un calendario de vacunación. Se trata de una mezcla de tres componentes incluidos en una única inyección para la inmunización contra el sarampión, las paperas y la rubeola. Se administraba a los 15 meses. En el 89 incluyen una dosis de recuerdo a los 11 años.

En cuanto a la vacuna contra la hepatitis B, primero se implantó en grupos de riesgo hasta que, progresivamente se introdujo como obligatoria en las cartillas infantiles.

La antimeningocócica C conjugada, pensada para proteger contra el meningococo, una bacteria que, entre otras infecciones graves, puede provocar meningitis, se incorporó en el 2001.

Otro cambio importante fue la inclusión de la vacuna contra la varicela en el 2006 para todos los niños de entre 10 y 14 años que no hubieran pasado el virus. La edad se iría adelantando hasta la última modificación que fija el suministro de esta vacuna en dos dosis: una a los 15 meses y otra a los 3-4 años de edad.

En el 2007 llegó la vacunación frente al virus del papiloma humano, recomendada únicamente en niñas.

Calendario común

Este año se aprobó por primera vez un calendario común para toda la vida, que agrupa a niños y adultos, donde se reflejan las necesidades de vacunación y recuerdo por edades y grupos de riesgo.