¿Por qué los perros tienen miedo a los petardos?

David Amores REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Se estima que entre el 53 y el 74% de los perros muestran miedo ante el ruido de petardos o tormentas

17 dic 2019 . Actualizado a las 17:43 h.

El pasado domingo Kendo, un perro que estaba pasando las vacaciones con sus dueños en Galicia desapareció de la finca en la que se encontraba tras sentirse asustado por el ruido de la pirotecnia lanzada durante las fiestas en honor a San Xinés. Afortunadamente, unos días más tarde el animal fue localizado en una zona boscosa de A fonte dos Mouros en perfecto estado.

Kendo no es el único can que sufre las consecuencias de los fuegos artificiales. Según varios estudios, entre un 53 y un 74 % de los perros muestran miedo ante ruidos fuertes, petardos o tormentas. Un miedo que a pesar de ser mucho más habitual de lo que parece, puede provocar ciertos problemas si no se trata correctamente y puede llegar a convertirse en una fobia. Esta fobia puede provocar a nuestras mascotas cuadros de ansiedad, taquicardias, hiperventilación y en algunos casos nuestros «mejores amigos» pueden llegar a sufrir un paro cardíaco.

¿A qué se debe el miedo de los perros a los petardos?

Las causas del miedo que sienten algunos animales hacia los petardos no están del todo claros, pero muchas teorías apuntan a que la agudeza de sus sentidos puede ser la causante de estos miedos. Los perros tienen un oído mucho más desarrollado que las personas, por lo que perciben los ruidos con mucha más intensidad a la que lo hacemos los humanos. El sentido del olfato de los canes también es mucho mayor al de las personas, por lo que el olor a pólvora que queda en el ambiente tras los estruendos de los fuegos artificiales también puede influir en las sensaciones que perciben nuestras mascotas. En resumen, un animal que se encuentra de repente con un gran estruendo, seguido de un olor desconocido puede sufrir ansiedad al encontrarse en una situación a la que no está acostumbrado.

Octavio Villazala, propietario del Centro Canino Montegatto, diferencia entre dos tipos de miedo: «el miedo de los perros a los petardos o a las tormentas puede venir por dos vías: la vía ancestral o la vía adquirida», declara. El miedo ancestral de los animales es un miedo natural que tiene como base la supervivencia propia de la especie. «Cuando un perro escucha una tormenta, su reacción natural es la de buscar refugio», relata Villazala. Por otro lado está el miedo adquirido, que suele suceder cuando el animal asocia algún ruido fuerte, se asusta y adopta un miedo irracional hacia ese suceso. «En muchos casos son los propietarios que se ponen más nerviosos que los propios perros y así fomentan que el animal sufra un miedo irracional», declara este educador canino.

Mi perro tiene miedo a los petardos. ¿Cómo debo actuar?

Primero de todo es importante mantener la calma. Si nuestra mascota ve que nos ponemos nerviosos o tenemos un comportamiento distinto al habitual, se pondrá en alerta y sentirá que la situación que está viviendo se sale de la normalidad.

La mayoría de animales tratan de buscar refugio para encontrar una zona segura en casa. Muchos perros buscan un lugar debajo de una cama o en cualquier escondite en el que se sientan más seguros. «Si quiere meterse debajo de la cama, debemos dejarle. Incluso puede ser una buena idea construir un refugio con unas mantas para que el perro se sienta cómodo», indica Octavio Villazala. Es importante dejarles su espacio y no forzarles a salir de su escondite. Por otro lado, si nos encontramos en casa, puede ser buena idea cerrar puertas y ventanas para tratar de minimizar el ruido, e incluso poner la televisión o algo de música para tratar de disimular los estruendos provocados por una tormenta o unos fuegos artificiales.

El sentido común nos puede llevar a acariciar a nuestras mascotas para tratar de calmarlas. Esta conducta puede ser totalmente contraproducente ya que con esta sobreprotección, los perros pueden pensar que están en una situación de peligro ante la cual sus dueños intentan protegerle. «Tenemos que aprender a diferenciar acompañar con sobreproteger. Debemos tratar la situación con normalidad, hablarle de forma normal, intentar jugar con él para distraerle e incluso darles algo de comer», indica Villazala.

Por último es muy importante mantener al animal controlado. Al ponerse nervioso con el ruido nuestro perro puede intentar huir, por lo que tenemos que tener asegurados los accesos e incluso los balcones para evitar que pueda escapar de casa. «Si el perro está en casa, lo podemos tener controlado, pero si está suelto o puede escapar puede incluso llegar a provocar un accidente lo cual nos puede causar problemas serios», asegura el educador canino.  A la hora de sacarle a pasear, debemos aprovechar los momentos más tranquilos, antes de que empiecen a lanzar los petardos y llevarlo siempre atado con una correa segura.  En el caso de que el animal escape, tenerlo correctamente identificado con su correspondiente microchip será de gran ayuda a la hora de intentar localizarle.

¿Cuál es el mejor tratamiento para ayudar a mi mascota?

Existen multitud de tratamientos para ayudar a nuestros animales a superar - o a calmar- el miedo a los petardos. En algunos casos, se les puede administrar psicofármacos que les ayuden a tranquilizarse ante una situación de estrés. «Hay una nueva medicación que les podemos administrar cuando preveamos una situación de estrés. Es un medicamento que se les pone en las encias, no tiene prácticamente efectos secundarios y está dando muy buenos resultados», indica Villazala.

Los productos a base de feromonas - muy de moda en los últimos años - se presentan en varios formatos, desde collares y sprays pasando por difusores o comprimidos. Estos productos emiten las mismas feromonas apaciguadoras que transmiten las madres a sus cachorros para crear un ambiente seguro y tranquilo. Según Villazala, «en algunos casos ayudan, pero en otros no hacen nada. Las soluciones más eficaces son la medicación acompañada de una terapia de modificación de conducta».

Terapias de modificación de conducta

Pero, ¿se puede eliminar por completo el miedo a los petardos? En la mayoría de los casos es muy complicado. «Los etólogos buscamos en el perro una mejoría. Si podemos eliminar el problema sería fantastico, pero es un problema que rara vez se soluciona», indica. Las terapias de modificación de conducta deben ser realizadas por un adiestrador o etólogo especializado, quien nos dará las pautas a seguir con nuestros animales para conseguir reducir  las fobias a los ruidos provocados por petardos o tormentas.  Estas terapias suelen basarse en el uso de técnicas de desensibilización sistemática y contracondicionamiento clásico. De esta forma ayudaremos a nuestras mascotas a tolerar aquellas cosas que les dan miedo a la vez que lo asocian con una experiencia agradable. «Con la desensibilización sistemática tratamos de acercarnos cada día más a lo que al animal le da miedo, acostumbrar al perro a los ruidos poco a poco», explica Octavio Villazala.

¿Un problema que afecta solo a perros?

La respuesta es muy clara. Los perros no son las únicas mascotas que sufren en épocas de tormentas o cuando se lanzan fuegos artificiales. Aunque los gatos suelen ser menos propensos a estos problemas, hay otras mascotas que también sufren con los ruidos provocados por los petardos. Cada vez son más los hogares que tienen pequeños animales como mascotas. Pequeños mamíferos y todo tipo de aves también pueden sufrir las consecuencias de unas fiestas en las que se lanzan cohetes. «Las aves son bastante propensas a tener problemas con los fuertes ruidos.  Probablemente las aves y los perros sean los animales de compañía que se ven más afectados por este problema. Los gatos en mucha menor medida», asegura Octavio Villazala.  Para evitar un estrés innecesario una de las primeras acciones que podemos realizar es llevarlos a la habitación más tranquila o aislada de nuestra casa. Podemos también ofrecerles un refugio: casetas, nidos o material para hacerse un lecho pueden ayudar a nuestras mascotas a confeccionar una zona segura dentro de sus jaulas o recintos, a merced de estruendos y destellos que puedan perturbar su bienestar.