Cayetano Martínez de Irujo se confiesa: «La coca me perturbó por completo»

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Leonardo Wen

Cienciología, sexo y drogas en la biografía del hijo de la Duquesa de Alba. «Pocholo era mi compañero, entre él y yo manejábamos el cotarro», cuenta sobre una adicción que duró cinco años «de vorágine»

01 sep 2019 . Actualizado a las 12:17 h.

Cayetano Martínez de Irujo es sincero. «He llorado mucho escribiendo este libro. Estoy sacando todo lo que llevo dentro porque me hacía falta», confiesa. El 4 de septiembre llega a las librerías su biografía más íntima: De Cayetana a Cayetano. En una amplia entrevista concedida a XL Semanal, un suplemento que se vende los domingos con La Voz, el quinto hijo de la Duquesa de Alba hace un repaso por los momentos que más marcaron su vida como la muerte de su padre, de la que todavía llora al recordar. «Lo mínimo es que te dejen despedirte de tu padre, pero aún peor es que te engañen durante una semana sin decirte que ha muerto», comentaConfiesa que enfadado por este asunto, no se volvió a hablar con su madre hasta que tuvo «treinta y tantos años». Explica que «hasta los veintitantos años, si se hubiera muerto mi madre, no me habría importado porque no sentía ni para bien ni para mal de tanto dolor como yo tenía dentro». 

Trauma infantil

Cuando era pequeño, algo que le quedará siempre en la memoria son las palizas que recibía por parte de sus niñeras. Cayetano reconoce que a su hermano Fernando «no le pegaban, solo a mí; porque él no se revelaba, se callaba». Un episodio traumático por el que ha hecho lo imposible para olvidarlo. Así, revela que en 1999 se sometió a técnicas de audición en la cienciología: «Conocí a un tunecino cienciólogo que me convenció para que hiciera la purificación y las audiciones». La «terapia» consistía en estar durante dos semanas «seis horas diarias en la sauna, tomando potasio y magnesio en pastillas. Despues estuve auditándome durante dos años». Cayetano, confiado en la disciplina de la cienciología, «probaba todo lo que podía ayudarme, eso era un método más». Con todo, terminó por darse cuenta de los peligros derivados de la misma. «Me costó salir, es verdad. Aquello me costó millones de pesetas».

La Iglesia de la Scientology ha salido al paso de estas informaciones con una petición de rectificación en la que niega que Martínez de Irujo tuviera que pagar cantidad alguna por dejar de recibir servicios de esta.

Conquistador nato

La vida amorosa de Cayetano no podía faltar en sus memorias, por lo que dedica una parte importante del libro a narrar sus hazañas. Cuenta que, cuando, con tan solo 15 años, lo mandaron a Inglaterra a mejorar su inglés, sedujo a la madre de la familia de acogida con la que vivía: «Cuando se iba el marido a trabajar, subía yo. Reconozco que me puse pesado. Ella aceptó. Yo feliz», señala. Pero este no sería su último ligue con una mujer casada. Apenas un año después terminaría saliendo un año y medio con una socia del Club de Campo, que le daba dinero a Cayetano para que pudiera pagar en los restaurantes a los que iban juntos. Luego pasaban la noche y, por la mañana, ella lo acercaba al colegio. «Tenía 16 años y tenía totalmente confundido el sexo, el amor, el cariño...», confiesa. De hecho, estas dos relaciones, según explica Cayetano, «en Estados Unidos catalogaron ambas relaciones de abuso sexual. Era un menor y se aprovecharon de un desamparado emocional». 

Sexo y drogas

Ya mayor de edad decidió adentrarse en un mundo, hasta ese momento, desconocido para él: las drogas. «Me perturbó por completo la coca. Conocí a una modelo española que me acercó un poquito más al lado oscuro», cuenta. El sexo también terminó por convertirse en su obsesión: «Vivía con una obsesión: seducir a mujeres de todas las nacionalidades. Ninguna se resistía», añade. Pero en estos claroscuros que fueron pasando por su vida, acabó por asentarse la luz. Cayetano confiesa que está «feliz». «Los años 2014, 2015 y 2016 han sido, con diferencia, los peores de mi vida, no faltó detalle y fue todo brutal [la muerte de su madre y posteriores intervenciones quirúrgicas]. En el 2017 empecé a recuperarme y en el 2018 creo que empecé a ser feliz», apunta. En una entrevista en El Mundo da aún más detalles: «Pocholo era mi compañero, entre él y yo manejábamos el cotarro. Él pegaba saltos y yo no había nacido para brincar por las pistas de las discotecas. Fueron cinco años de vorágine hasta que me planté y me hice una pregunta reiterativa: '¿Qué hago aquí?'».

La tormentosa infancia de Cayetano Martínez de Irujo: «Me daba auténticas palizas»

El programa Lazos de Sangre de RTVE estuvo dedicado anoche a la Casa de Alba y el quinto hijo de Cayetana Fitz-James Stuart se convirtió en el protagonista

JUANA PÉREZ

Cayetano Martínez de Irujo ya se abrió de par en par, lloró, se emocionó, habló, se confesó e hizo temblar a la mismísima Casa de Alba, la suya. El programa Lazos de Sangre de RTVE se dedicó hace unas semanas a destripar una de las sagas más relevantes del país. Cuatro de los seis hijos del matrimonio entre Luis Martínez de Irujo y Cayetana Fitz-James Stuart, se sentaron a explicar la historia de una familia dividida desde la muerte de la matriarca. Ellos coincidieron en que el fallecimiento de su padre, a los 52 años, fue un momento de inflexión que cambió la vida de todos. Pero si hubo alguien que decidió hablar sin pelos en la lengua fue Cayetano, el actual duque de Arjona y conde de Salvatierra. Un hombre atormentado que todavía vive con las secuelas de una infancia que no desea a nadie

«Cuando se murió mi padre fue un vacío tremendo. No se nos dejó despedirnos de él. Fue horrible. Me causa un dolor… Cómo nos engañaron. Estuve rezando con mi hermano Fernando durante 10 días para que se curara nuestro padre. Tristemente se había muerto ya sin que los supiéramos», recuerda Cayetano Martínez de Irujo, entre lágrimas. «Cuando mi padre se murió, no solo perdimos a un padre, se perdió un sentido… Quién soy yo y qué hago aquí», un trauma que no superó hasta 40 años después cuando decidió poner rumbo a Estados Unidos para someterse a una terapia: «No era feliz, tenía una contradicción. Tenía un problema emocional. Las dos primeras semanas de tratamiento fueron algo espeluznante», confiesa. « Las 5 semanas en Estados Unidos me dieron el por qué de las cosas… Por lo menos me he construido la base de mi vida, era barro líquido. He sacado mi verdadero yo».

Y la muerte de su padre no fue lo único que marcó su infancia. «Mi madre, al ser hija única, no supo gestionar la unión de su familia», asegura el jinete. Entre las paredes del palacio sufrió un auténtico maltrato físico. Sobre todo, por parte de una de sus nannies: «Me inflaba a tortas. Me daba auténticas palizas (...) Yo no me atrevía a decirlo por miedo a las represalias». Se trata de Olga, la última de las niñeras. La penúltima también les pegaba pero «solo con una barra de bambú. Era menos doloroso. Las palizas de Olga eran muy largas y muy fuertes». 

Según el quinto de los hermanos, su madre no estaba al corriente de lo que estaban sufriendo en ese momento: «Mamá era como una emperatriz. Nos saludaba muy cariñosa, pero cada mañana nos daba las instrucciones del día. Nos daba órdenes. Era hija única y no sabía lo que era tener hermanos, lo que era el trato familiar».

La situación empeoró todavía más cuando entró en escena el segundo marido de su madre, Jesús Aguirre: «Yo era el guerrero, el que se pegaba con Jesús de frente... Siempre estaba a un filo de que me echaran de casa. Antes de morir, él me pidió perdón por todo. Murió tranquilo». A los 18 años decidió huir para refugiarse en el deporte de élite. 

Cayetano tampoco se cortó en hablar de su situación actual. «He pagado el pato de ser el encargado de tener que repartir yo la herencia de mi madre en vida», aseguró. Criticó con dureza en muchas ocasiones la gestión que su hermano Carlos está haciendo del patrimonio de la Casa de Alba, valorado en más de 2.800 millones de euros. «Mi hermano Carlos está haciendo justo lo contrario de lo que quería mi madre».

En el debate posterior a la emisión del programa, el hijo de la Duquesa de Alba, también se refirió a los amoríos de su madre a avanzada edad. «Tuvimos que quedar con el cónyuge para ver cuáles eran sus intenciones», declaró Cayetano en referencia a Alfonso Díez de Carabantes, duque viudo de Alba de Tormes, provocando la risa de los contertulios que moderaba Boris Izaguirre.

Y la cosa no se termina ahí, en septiembre saldrá a la venta el libro de las memorias de Cayetano Martínez de Irujo. Visto lo visto, prometen.

Sus lágrimas no pasaron desapercibidas para los tuiteros

Las reacciones de los internautas no se hicieron esperar y en Twitter proliferaron mensajes que podrían resumirse en la frase «los ricos también lloran».