Derrumban un puente medieval belga para permitir el paso de cruceros

Javier H. Rodríguez LA VOZ

SOCIEDAD

El momento del derribo capturado por Le Soir
El momento del derribo capturado por Le Soir

El viaducto fue construido hace más de 700 años y reformado después de la Segunda Guerra Mundial

05 ago 2019 . Actualizado a las 23:47 h.

Bélgica dice adiós al Puente de los Agujeros (Pont des Trous), una construcción que presidía el río Escalda desde el siglo XII y que ha sido derribada frente al rechazo formal de más de 20.000 vecinos y vecinas de la ciudad de Tournai.

El motivo del derribo es dejar vía libre a la navegación de cruceros y otro tipo de grandes embarcaciones comerciales. Un operación enmarcada en el proyecto del gran canal Sena-Norte, que pretende unir el puerto de El Havre (Francia) con el de Benelux (Bélgica).

Aunque fue a finales de enero cuando el ayuntamiento de la localidad aprobó el derribo, la polémica por la conservación de este histórico puente se remonta al 2015, cuando las instituciones belgas comenzaron a preparar un sustituto más moderno, según informa el diario Le Soir.

Pese a no conseguir detener el derribo, las protestas masivas de los habitantes de la localidad emplazaron al ministro de Obras Públicas de Valonia (una de las tres regiones belgas), Carlo di Antonio, a prometer que el puente mantendrá su aspecto medieval.

En algunas de las críticas recogidas por el diario belga, los vecinos alertaban del efecto negativo que puede tener sobre la economía local, puesto que el Puente de los Agujeros es el gran atractivo turístico de Tournai.

El objetivo del proyecto es que en 2021 puedan navegar el río barcos de hasta 2.000 toneladas, mientras que hasta ahora el peso máximo permitido era de 1.500.

Con esta idea de futuro, el gobierno belga pretende aumentar la actividad económica no solamente de la ciudad, sino  también en la totalidad del país.

Las plataformas vecinales han avisado a las instituciones belgas de que si la reforma del viaducto no se desarrolla adecuadamente, corren el riesgo de perder la distinción de Patrimonio de la Humanidad concedida por la UNESCO.