«Soy una niña transexual y feliz de 10 años, y me llamo Alejandra»

SOCIEDAD

alejandra
Ángel Manso

Cambió su nombre en noviembre a la vez que hizo su «tránsito», hoy es una pequeña-gran activista LGTBI

04 mar 2020 . Actualizado a las 19:31 h.

-¿Eres una niña valiente?

-Sí.

Sonríe con la mirada, para eterna admiración de su madre, Pili. Alejandra, como así figura en su DNI desde noviembre, es, como ella misma se presenta: «Una niña transexual y feliz de diez años». Vive en Arteixo y va para sexto curso. En octubre hizo su tránsito. Esto es, «mostrarme como soy de verdad, sin fingir». En clase, «les amigues», hace hincapié en el e genérico, «ya lo sabían», asiente. Desde Infantil. También «bisabuela Concha, que tiene 90 años», que se puso «súper contenta».

Empezó a vestirse como quería y dejó crecer la melena. «¡Lo que cambia la vida con unos centímetros de pelo!», exclama Pili. «Las miradas eran lo que más me dolía al principio», reconoce su hija. Eso o que la profesora no la llamara por su nombre. «Siempre tuvo un alter ego en casa, Alexia. La dejábamos ser», dice Pili.

En octubre solicitaron en el Registro Civil el cambio de nombre. La entrevistó una jueza, que le preguntó con qué jugaba o con quién. El trámite, que desde julio avala el Tribunal Constitucional en el caso de los menores, fue muy rápido en A Coruña. «En menos de un mes estaba listo. Son muy injustas las diferencias que existen dentro de España y dentro de la propia comunidad autónoma. En Vigo, un niña trans a la que conocemos tardó más de un año en cambiar el nombre», subraya Pili Fonte.

El siguiente paso es el cambio de sexo en el carné. La famosa letra f o m. «Por ahora, hay que pasar por una hormonación durante dos años. ¿Para qué? ¿Para que no se note que es trans y pasar desapercibida? Es el maldito binarismo de la sociedad», cuestiona su madre.

alejandra.«Podré vivir cinco vidas que nunca tendré ni la mitad de valentía que ha tenido ella», dice Pili Fonte, la madre de Alejandra, una niña trans «orgullosa de serlo» de Arteixo
«Podré vivir cinco vidas que nunca tendré ni la mitad de valentía que ha tenido ella», dice Pili Fonte, la madre de Alejandra, una niña trans «orgullosa de serlo» de Arteixo Ángel Manso

La bisabuela se puso súper contenta, estoy orgullosa de ser trans, no es algo malo que ocultar

Activista

Alejandra es activista. La diputada Carla Antonelli y la modelo Ángela Ponce son sus referentes. En mayo fue su puesta de largo. Fue a las inauguraciones de los bancos con los colores trans (dos franjas azules, dos rosas y una blanca en el medio) en Sada, Carnota y Teo, donde leyó el manifiesto. Su familia fue a verla, «tengo mucha suerte». En el Atlantic Pride de A Coruña encabezó la marcha al compás de la consigna «respecta o meu corpo. Respéctame», y repartió folletos. «Lucho y voy a manifestaciones por la diversidad». Está «contenta» por el reportaje porque: «Estoy orgullosa de ser trans. No es algo malo que tenga que ocultar ni una enfermedad. Mi cuerpo es perfecto, está sano y a mí me gusta. Me parece muy bonito».

Supervisada por la endocrina del Sergas, empezará más adelante con el bloqueo de los caracteres secundarios. «Es porque yo quiero, pero no es obligatorio. Tampoco operarse. Los genitales no definen tu género», insiste. Cuando se integró en Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales, su perspectiva cambió. «Lloré al ver que eramos más», confiesa Pili.

alejandra.Pili Fonte y Alejandra Alvedro Fonte. Viven en Arteixo, donde han propuesto al Concello que se sume a las iniciativas a favor de visibilizar a los menores trans pintando un banco con los colores de la bandera trans como ya han hecho localidades como Teo, Sada o Carnota
Pili Fonte y Alejandra Alvedro Fonte. Viven en Arteixo, donde han propuesto al Concello que se sume a las iniciativas a favor de visibilizar a los menores trans pintando un banco con los colores de la bandera trans como ya han hecho localidades como Teo, Sada o Carnota Ángel Manso

«Nos sentimos arropados», completa la frase Alejandra. Aunque pueda parecer temprano, su tránsito se demoró por miedo. La identidad sexual suele quedar definida entre los dos y los tres años. «Un día me cansé. Les dije a mis progenitores que quería ser una niña. Que soy una niña», recuerda. «En el colegio me sentía como una extraterrestre, un bicho feo. ¿Qué parte de que soy una niña no entendían?», pregunta.

«No se trata de poner un cartel, pero sí de normalizar. Es una cuestión de actitud y de información por parte del profesorado», subraya Pili. En noviembre celebró su cumpleaños. Ya como Alejandra. Fue toda la clase. «Fue muy emocionante ?afirma Pili?. Siempre fue ella, pero nosotros no la veíamos».