Debate: ¿Es operativo tener que adaptar las antenas de la TDT cada poco tiempo?

Los expertos reconocen que la reordenación del espectro es necesaria para hacer sitio a los nuevos servicios del 5G, pero consideran escasas la ayudas que ofrece la Administración a las comunidades de propietarios

La necesidad de hacer sitio a los nuevos servicios que traerá consigo el 5G obliga a reordenar una vez más el espectro radioeléctrico, y esto supone que habrá que volver a adaptar las antenas de la TDT. Un proceso costoso que deben asumir las comunidades de propietarios y que causa malestar en algunos sectores de usuarios.


A favor

Sobre baldas y bandas, reordenando la estantería

El pasado miércoles 24 de julio comenzaron los primeros encendidos de las nuevas frecuencias que se usan para transmitir la Televisión Digital Terrestre (TDT), en Mallorca, Ibiza, Formentera y 94 municipios de la provincia de Cáceres, y este viernes en 24 localidades de la provincia de Huelva.

Estos cambios forman parte de un plan aprobado por la Administración a principios de julio, en el que de manera progresiva se liberará una determinada banda de frecuencias de emisiones radioeléctricas pertenecientes a canales de la TDT. A su vez esta reordenación emana de un complejo proceso que se coordina a nivel de Unión Europea, incluyendo también Marruecos y Argelia, y en él están implicados infinidad de agentes. Se está desarrollando de manera simultánea en todos los países y su implantación será progresiva, con fecha de finalización fijada, el 30 de junio del 2020.

Bandas de frecuencias, liberación y reordenación de las mismas, dividendo digital, etcétera, son palabras que aparecen en todos los medios de comunicación y para la gran mayoría su significado real es desconocido, lo que hace que todos estos cambios que se están produciendo sean de difícil comprensión y de peor asimilación por el ciudadano. Por eso me gustaría explicar de manera sencilla estos conceptos y para ello voy a utilizar un símil, ocurrencia de un buen amigo y colega.

El espectro, por dónde viajan las ondas electromagnéticas, es finito, limitado, como lo son las estanterías para libros que tenemos en nuestras casas. Dicho espectro se divide en bandas al igual que la estantería lo hace en estantes, y en cada banda se van ordenando los distintos servicios móviles como hacemos con los libros en cada estante.

Cuando se comenzaron a dar los servicios de televisión, la tecnología era analógica y cada canal de televisión ocupaba mucho espacio en las bandas, eran libros gordos que ocupaban mucho espacio en los estantes. Conforme la tecnología avanzó, estos canales se digitalizaron y esto supuso una reducción del espacio que ocupaban en las bandas, es decir, los libros gordos se cambiaron por otros más delgados, dejando espacio libre entre ellos.

Lo que está ocurriendo ahora es lo que nos pasaría a nosotros con nuestra estantería si quisiéramos colocar la nueva colección de libros que vamos a comprar, necesitaríamos reordenar y agrupar los libros existentes para liberar suficiente espacio en un estante para la nueva colección. Del mismo modo, es necesario agrupar los canales de la TDT todos juntos en una banda, para dejar libre la que necesitaremos para los nuevos servicios, en este caso, los de quinta generación, el 5G.

Este complejo proceso conlleva molestias, tiempo y un coste elevado, pero los suntuosos ingresos que obtendrá la Administración con la subasta de este nuevo estante, así como la llegada de todos los nuevos servicios 5G, compensarán sobradamente el esfuerzo realizado.

Autor Julio Sánchez Agrelo Decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros de Telecomunicación de Galicia

En contra

Dividendo digital, multiplico por dos y me llevo cinco

O mucho me equivoco, o probablemente expresiones de este tipo puedan surgir en conversaciones que el común de los usuarios mantiene hoy en día ante las noticias que nos avanzan la fase final del segundo dividendo digital y la cesión de segmentos del espacio radioeléctrico a la tecnología 5G.

Y es que no tengo tan claro que el ciudadano esté al tanto de lo que realmente significan una y otra cuestión. Es probable que en cuanto a la tecnología 5G sepa que permitirá acceder a Internet desde dispositivos inalámbricos a una velocidad muchísimo más alta que la actual. En cuanto al segundo dividendo digital, me temo que ni eso.

Probablemente haya quien considere que tampoco es cuestión de que tenga que ponerse en marcha una campaña informativa que detalle todos los entresijos técnicos que el segundo dividendo digital trae consigo, y que basta con que el ciudadano sepa que toca resintonizar su televisor y en muy pocos casos plantearse un cambio de aparato allá por el 2023. Sin embargo, yo no soy de esa opinión e incluso me molestan consejos institucionales que recomiendan no dejar para el último momento la adaptación de equipos comunitarios para evitar colapsos como los que caracterizaron el primer dividendo. Una mayor fluidez en el proceso de adaptación requiere, a mi juicio, un proceso de comunicación más eficaz y con mayor impacto en el ciudadano.

A efectos prácticos se nos dice que este proceso es un mandato de la Unión Europea, pero que no habrá más que resintonizar algunas antenas o adaptar las infraestructuras de recepción comunitarias. Además, para paliar el desembolso que puede traer consigo podemos contar con un programa de subvenciones de 150 millones de euros. Simple, fácil y económico.

Pues a mí no me parece que la cosa sea tan simple. En primer lugar, porque este proceso de continuo movimiento de la TDT me hace pensar en una posible falta de previsión técnica sobre la evolución de la telefonía móvil.

En segundo lugar, porque las expresiones que destilan la simpleza del proceso parecen olvidar que la mayor parte de la población española vive en edificios, no en viviendas unifamiliares, y que por tanto habrán de asumir de nuevo el coste de una nueva reprogramación o de una nueva instalación de equipos.

En tercer lugar, no voy a negar que 150 millones de euros es una cantidad significativa, pero que solo permitirá aliviar la carga económica de una parte de las comunidades de propietarios de este país (entidades que nadie parece recordar que tienen la condición de consumidores), que ya debieron pasar por otro desembolso hace pocos años, si bien en esta ocasión con la tranquilidad de que al menos en 10 años las cosas no cambiarán. Tampoco puedo ignorar en este punto el discurso de quienes, bajo el lema ‘quien quiera televisión que la pague’, no comparten que con el dinero de todas y todos se sufraguen los gastos de acceso a una oferta televisiva de cuya calidad y contenidos hoy no voy a hablar.

Autor Miguel López Crespo Secretario de la Plataforma por la Seguridad y la Privacidad Digital (PSPD)
Votación
6 votos
Comentarios

Debate: ¿Es operativo tener que adaptar las antenas de la TDT cada poco tiempo?