Tamara Gorro ha vivido estos últimos meses con especial emoción, sobre todo tras la larga y dolorosa lucha que ha experimentado para lograr quedarse embarazada. La joven, que llegó a pensar que nunca podría vivir esta experiencia, recurrió a la gestación subrogada en Estados Unidos para convertirse en madre. Así nació su hija Shaila. La extronista, que comparte de manera habitual su vida y la de su familia a través de las redes sociales, anunció el pasado mes de abril que por fin había cumplido su sueño. «Me sentía preparada, tenía ganas y de nuevo recuperé la ilusión. Me lancé al intento. Un año de preparación, quirófanos, mentiras, medicamentos, pruebas... todo daba igual, tenía un objetivo», aseguraba refiriéndose al calvario que sufrió cuando intentó quedarse embarazada durante más de 15 veces. «Dos test negativos de mi gestante me empujaron para intentar quedarme embarazada», relataba, lo que hace intuír que estaba intentando de nuevo tener otro hijo a través de gestación subrogada. «Hoy termina una constancia, una lucha, un propósito... En ocho meses daré vida a una preciosidad que deseo con todas mis fuerzas que sea niño y lleve el nombre de mi ángel: Antonio. Este es el motivo de mi viaje a Los Ángeles. Hasta hoy no tenía los resultados y quería cumplir mi palabra: que seáis los primeros en saberlo», escribía.
La alegría de este embarazo, considerado casi un milagro, se vio empañada por la trágica muerte de su mejor amigo Antonio, uno de los mayores apoyos de Tamara Gorro. «Antonio llevaba a mi lado quince años, se convirtió en el padre que yo nunca tuve. Estoy convencida de que este bebé me lo ha mandado él», confesaba en Sábado Deluxe. «Lo último que me dijo Antonio fue: ´lo vas a conseguir´». Tamara Gorro se enteró de la muerte de Antonio cuando se encontraba en Los Ángeles para que le hiciesen la tranferencia de embriones. «Justo dos días antes yo había hablado con Antonio. Él era el único que lo sabía con su mujer, ellos han luchado por la gestación subrogada y son los tutores de mi hija allí», explicaba muy emocionada Tamara Gorro. «Pocos días antes de la transferencia de embriones, murió mi mejor amigo y fue terrible», aseguraba. «Yo quería volverme para aquí, no quería continuar pero mi amiga María me sentó y me dijo: ´Si no lo haces por ti, hazlo por él, eres una valiente´», contaba. Unas palabras que junto al apoyo de la viuda de Antonio, la animó para seguir adelante con sus planes. «Este bebé me lo ha enviado Antonio desde el cielo», afirmaba.