Gallegos del mundo de la literatura, la ciencia y la televisión describen aquella histórica madrugada del 21 de julio de 1969
20 jul 2019 . Actualizado a las 10:52 h.Los astronautas del Apolo 11 no solo dejaron huella en la superficie de la Luna, sino también en la memoria de todas aquellas personas que acompañaron desde sus hogares a Armstrong, Aldrin y Collins. Por unas horas, la humanidad permaneció pegada frente a la pequeña pantalla, observando, sin pestañear, cómo la especie conquistaba el cosmos.
Muchos gallegos mantienen todavía intacto el recuerdo de aquella noche histórica. Debido a la diferencia horaria el alunizaje del Eagle tuvo lugar en España durante la madrugada del 21 de julio. «La programación siempre terminaba a las doce con la carta de ajuste, pero ese día se prolongó. Me quedé toda la noche despierta con mi madre y mi hermana. Estábamos presenciando un hito y así lo sentí yo con 13 años», comenta Alicia Estévez, microbióloga de la USC y miembro de las Real Academia de las Ciencias de Galicia.
La secuencia en la televisión era tan surrealista que pellizcarse resultaba insuficiente. «Tenía 23 años y me invadió un sentimiento muy profundo de ser sobrecogido por lo que era capaz de hacer la ciencia. Salí al balcón y miré a la Luna en el cielo porque necesitaba hacer una asociación de que lo que veía en la tele estaba sucediendo en aquel escenario real», confiesa Ramón Núñez, creador de los Museos Científicos de A Coruña.
Una experiencia muy parecida relata Xosé Ramón Gayoso, toda una institución de la Televisión de Galicia. Aquella noche tenía 13 años. «Tivo un impacto emocional tremendo sobre min. Non houbo unha película ou programa que me cativara tanto. Pensaba que aqueles astronautas eran como os heroes dos cómics e en certo modo eu tamén sentín como se fose parte da misión», comenta Gayoso, que todavía lleva puesto la edición especial que una conocida marca de relojes puso a la venta poco después del alunizaje. «Estou realmente moi agradecido a meus pais por aquel agarimo», añade.
En julio de 1969 la televisión era un lujo para algunas familias. Aquella también fue un noche de solidaridad. Muchas casas abrieron sus puertas a los vecinos. «En el momento en que Neil Armstrong salió del módulo Eagle, recuerdo un silencio absoluto entre todos los que estábamos en la casa de Pousada (Chantada). A mis 18 años era perfectamente consciente del momento histórico», reconoce José Ángel Docobo, actual director del Observatorio Astronómico de la Universidad de Santiago.
Unas semanas antes de que el Apolo 11 alunizase, nació Fernando Aguado. Hoy puede presumir de haber llegado al mundo el mismo año de la conquista de la Luna y, además, de ser el primer gallego en poner un satélite en órbita, el Xatcobeo. «No solo supuso uno de lo mayores logros de la historia de la humanidad sino que también se desarrollaron tecnologías muy importantes en el campo de la navegación, las comunicaciones e incluso la medicina», sostiene Aguado.