Cazado un supergrupo de delfines comunes en Ons

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Alrededor de 500 ejemplares pasaron por las Rías Baixas persiguiendo a un banco de peces

18 jul 2019 . Actualizado a las 19:15 h.

En esta época del año, el mar en Galicia se encuentra en plena ebullición. A partir de la primavera se ponen en marcha los afloramientos de aguas profundas y ricas en zooplancton, un auténtico reclamo para todo tipo de especies marinas que vienen a alimentarse. Este es un fenómeno que se da en pocas zonas del planeta, únicamente en lugares donde existen anticiclones semipermanentes como el de las Azores, que en la comunidad gallega genera vientos del norte. 

En las últimas semanas los científicos del Bottlenose Dolphin Research Institut, con sede en O Grove, han avistado varios ejemplares de rorcual común y también una ballena azul. Hace unos días, durante una jornada de investigación en las Islas Ons, presenciaron una espectacular caza protagonizada por un centenar de delfínes comunes.

«Resulta complicado saber cuántos había realmente pero por la distribución y el tiempo de recorrido, calculamos que al menos unos 500. Eran ejemplares de la especie común, que como su nombre indica es la variedad que más abunda, pero suelen estar fuera de las Rías Baixas. Estaban persiguiendo a un banco de peces aguja», explica Bruno Díaz, director del BDRI. Este tipo de eventos, en los cuales se aprecia la importancia que tiene la cooperación para estos animales, no se aprecian todos los días en el océano. «Para nada. Lo habitual suele ser observar grupos de cuarenta ejemplares como mucho», confirma Díaz. 

Estudio sobre las ballenas en Galicia

Desde el BDRI se acaba de publicar un artículo científico que demuestra la riqueza de las aguas gallegas, de las que dan buena cuenta las ballenas azules. Los datos confirman que el gigante del océano parece haber vuelto para quedarse. «La clave está en los afloramientos en Galicia. El diseño de la costa e incluso de los fondos marinos provocan este fenómeno sea más intenso que en otras zonas. Este mecanismo oceánico nutre de vida nuestras aguas y esto atrae a la ballena azul, que llega de las Azores», sostiene.