El público del festival hizo «volar» a Álex Domínguez y su silla de ruedas. El fotógrafo Daniel Cruz captó el momento

UXÍA RODRÍGUEZ
A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

102.000 espectadores vibraron durante los cuatro días del Resurrection Fest celebrado en Viveiro, pero este año la estrella no se subió al escenario, cabalgó por encima del público. Se llama Álex Domínguez, tiene parálisis cerebral y va en una silla de ruedas. Es de Baños de Río Tobía (La Rioja) y para llegar hasta A Mariña lucense recorrió casi 600 kilómetros en autobús junto a su madre. Desde el primer momento tuvo claro que la zona para gente de movilidad reducida no era su lugar. Quería experimentar el crowdsurfing y no lo hizo solo una vez. El público lo aupó y fue pasando de mano en mano por encima de las cabezas de todos con esa cara de emoción del que vive un momento único.

Decenas de vídeos han corrido como la pólvora en las redes sociales, pero si hay una imagen que ha logrado congelar todos los sentimientos de un instante es la que acompaña a esta información. Fue tomada por Daniel Cruz, uno de los fotógrafos oficiales del festival. «Estaba haciendo fotos de los conciertos. Yo vi que un compañero se daba la vuelta y ponía un gesto de sorpresa. Al girarme, vi a Álex muy cerquita y por encima de la gente. Inmediatamente me subí a la valla y saqué la foto. No me dio tiempo a pensarlo mucho, disparé porque vi que era una imagen chula, que impacta, pero también es verdad que los que estamos más acostumbrados a este tipo de festivales y conciertos de rock y de metal, hemos vivido más de una vez momentos así», explica el fotógrafo que todavía sigue sorprendido por la repercusión de la instantánea. Al día siguiente vio a Álex y se acercó a él. «Quería pedirle su correo para enviarle la fotografía. Ninguno de los dos sabíamos que iba a dar la vuelta al país, pero vi que era chula e imaginé que querría tenerla», cuenta Daniel Cruz. «Él, simplemente, quería hacer lo mismo que todo el mundo. Ha corrido como la pólvora, el gesto es la hostia, pero no lo vemos con extrañeza. Vamos todos a lo mismo, queremos pasarlo bien de la misma forma. Él quería vivirlo como el resto del público. Hay mucha gente a la que se la levanta, con y sin silla de ruedas», cuenta.

Mientras tanto, Álex Domínguez sigue sorprendido, ya desde su casa, por todo lo vivido en el festival gallego al que quiere volver el año que viene. «Es una sensación de adrenalina, de libertad, de que no hay límites ni barreras y de que todo puedes conseguirlo si lo que deseas es de verdad», ha confesado en una entrevista a NueveCuatroUno. «Habrá gente que prefiera estar en la plataforma, pero abajo estás muy seguro porque siempre hay gente agarrándote, vas como en una carretera y tienes una vista privilegiada; te sientes como Dios», asegura. 

Este joven de 19 años está acostumbrado a romper barreras. Le dijeron que no aprendería a escribir y ahora estudia Derecho en la Universidad de La Rioja para convertirse en notario o registrador de la propiedad. Él logró «volar» en el Resurrection Fest en el concierto de su grupo favorito, Arch Enemy (que compartió el vídeo en el que se ve a Álex en su cuenta de Twitter), en las actuaciones de Gojira y Trivium. Por eso, sabe perfectamente, que no hay que rendirse: «Creed en vosotros mismos, no en los viejos prejuicios de los demás, porque las barreras os las ponéis vosotros; si queréis, podéis», es el mensaje que manda mientras planea su siguiente aventura.