Huawei abre en Madrid un macro espacio para reforzar su identidad

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

BALLESTEROS

La tienda, de más de 1.100 metros cuadrados, incluye un recorrido interactivo por todas sus innovaciones

05 jul 2019 . Actualizado a las 00:33 h.

Como cualquier multinacional, Huawei tiene una hoja de ruta que marca todas las actividades de su calendario anual. Ese guión se mantuvo casi invariable cuando hace mes y medio Estados Unidos le declaró la guerra comercial a China y Donald Trump firmó una orden ejecutiva para impedir que las compañías norteamericanas facilitaran hardware y software al gigante de las telecomunicaciones. Levantado el veto, la hoja de ruta decía que en Madrid estaba previsto inaugurar la tienda de Huawei más grande de Europa y hoy se abre finalmente al público.

Este espacio de más de 1.100 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, situado en plena Gran Vía, no funciona como una tienda al uso. Para empezar, una cascada de agua en la que se proyectan mensajes personalizados recibe al visitante, que una vez dentro se encuentra con un recorrido expositivo interactivo cuyo objetivo es que el público conozca mejor la compañía. “Saben que Huawei es 5G, pero no conocen a fondo todo lo que hace”, explica un empleado.

Una pared con respuesta táctil permite acercarse a los hitos de la firma de Shenzhen, mientras enfrente, en unas urnas cubiertas con un cristal en el que se visualizan hologramas, reposan las últimas novedades: el Mate 20 X 5G (uno de los primeros móviles capaces de conectarse a las redes de quinta generación), el rúter CPE 5G y el Huawei Mate X (el smartphone con pantalla plegable).

La innovación es el hilo conductor de toda la planta baja. Hay una galería con imágenes del programa Top Photo, el primer primer talent show de fotografía, en el que influencers e instagramers compiten por ver quién hace la mejor instantánea con los terminales de la marca. En otro rincón se puede escuchar la Sinfonía Inacabada de Schuberth, ahora terminada gracias a la Inteligencia Artificial de Huawei.

Hay demostraciones de proyectos como High Vision, que permite, simplemente enfocando con la cámara de nuestro dispositivo, traducir un texto en otro idioma, identificar una obra de arte o decirnos cuántas calorías tiene un alimento; o Storysign, desarrollado para ayudar a los niños con problemas de lectura, y que consiste en un avatar que aparece en pantalla y mediante gestos hace que la historia sea más comprensible. “Es la parte social de Huawei”, remarcan.

En la parte de arriba, tras pasar una cortina de humo que impide ver claramente lo que hay detrás, está la zona de exposición. Un espacio más tradicional, con todos los móviles de Huawei dispuestos en grandes mesas y separados por series (Mate, P, Lite y Smart). También hay sitio para los numerosos accesorios, tanto de la marca como de socios como el especialista en audio Marley.

Pero incluso este espacio se sale de lo corriente. El usuario puede probar cómo le queda una funda a su móvil (no están empaquetadas), saber más acerca de los componentes (pantalla, batería, procesador...) o descubrir cómo funciona y qué partido se le puede sacar a una pulsera de actividad.

También hay una mesa libre para que la gente se siente a charlar, conectarse con el móvil o el portátil y recibir talleres y sesiones de «training» (manejo de dispositivos y aplicaciones). Además, quienes acudan al establecimiento para reparar su móvil o cualquier otro producto de Huawei podrán ver cómo se arregla in situ, en un laboratorio donde los técnicos trabajan a la vista, como las cocinas de algunos restaurantes. Algo que, dicen, transmite seguridad y transparencia.

Completan la oferta una zona de customización de carcasas (se imprimen en la propia tienda con diseños personalizados para el cliente); una smart home, donde se puede experimentar desde un gran sofá las posibilidades de los dispositivos de la casa conectada; un área dedicada a los videojuegos y un estudio fotográfico. Este último cuenta con herramientas profesionales como focos y chromas, e incluso un sol virtual que gira en función de las horas y reproduce la luz natural. La idea es impartir talleres de fotografía y que quien lo desee pueda hacerse su propio book con la calidad de las lentes Leica que equipan tradicionalmente los Huawei.

El ambiente de la tienda es futurista y con detalles para atraer al público de todas la edades. Los clientes del área de servicio disponen de una zona con bebidas biosaludables, hay un espacio con tabletas para niños y muchas superficies están recubiertas de bambú. La hojas del logo de Huawei están presentes en los asientos y el techo, y hay un «selfi corner» acristalado, para ver y ser vistos, desde el que se divisa gran parte de la Gran Vía y la plaza de Callao.

Huawei tenía ya establecimientos físicos en Polonia e Italia (en Milán), pero ninguno es del tamaño del inaugurado en Madrid. En España, la marca había apostado por el modelo «store in a store», espacios personalizados en grandes almacenes, hipermercados y tiendas especializadas en tecnología. Pero necesitaba reforzar su identidad e imagen de marca en uno de los mercados más importantes del continente, donde es el segundo vendedor de smartphones, muy cerca de Samsung.

El proyecto llevaba gestándose más de un año, por lo que en absoluto es una respuesta a los sucesos de las últimas semanas. En la compañía destacan que tanto la apertura de tiendas como el lanzamiento de productos son planificados con mucha antelación. Por eso mismo no estaban preocupados por el veto de Trump a corto plazo, ya que todos los dispositivos (tanto los que ya están en el mercado como aquellos cuya salida es inminente) cuentan con contratos cerrados de suministro y uso de hardware y software. No obstante, la presentación de algunos productos, como el smartphone plegable, ha tenido que ser pospuesta al otoño (su lanzamiento estaba previsto en verano). Pero Huawei continúa con su hoja de ruta.

Pablo Wang, director de Consumo de Huawei España: "Vamos a seguir en este mercado sí o sí"

A la inauguración de la “flagship store” de Huawei en Madrid asistieron casi tres centenares de invitados, que disfrutaron de una fiesta por todo lo alto, discjockey incluido. Un ambiente muy distinto a los duros momentos vividos por el segundo fabricante mundial de smartphones y líder en la tecnología 5G a raíz del veto de EE.UU.

El director de la unidad de Consumo de Huawei España, Pablo Wang, se refirió a este conflicto y quiso agradecer el apoyo de la plantilla durante los últimos 50 días. Wang aseguró que "vamos a seguir en este mercado sí o sí" y puso como ejemplo la tienda madrileña, la más grande de la compañía en el mundo fuera de China.

También quiso dar las gracias a los proveedores por su apoyo (obviamente se refería a socios como Vodafone, que ha montado la primera red 5G de España con equipos de Huawei y Ericsson, y no a aquellos que se sumaron rápidamente al bloqueo decretado por Trump, como Google, Qualcomm o ARM). “No nos han abandonado”, valoró el responsable de la división de Consumo.

Wang pidió perdón a los clientes de Huawei: “Nosotros somos inocentes, pero ellos lo son todavía más; tienen su negocio y no tienen por qué sufrir las consecuencias”, dijo.

Sobre el establecimiento recién inaugurado señaló que “no es simplemente una tienda. Queremos traer tecnología, innovación. Queremos acercarnos más a nuestros consumidores para que nos conozcan más, somos una marca muy humana y también gente divertida”. A su juicio, “en un mundo globalizado no puedes poner ningún muro. Este mundo es un puzle, cada continente tiene su tecnología y si trabajamos juntos podemos mejorar nuestra vida y la sociedad con la tecnología”.

Wang terminó su discurso de una forma muy emotiva, recordando por qué cuando estaba en China decidió estudiar Filología Hispánica. Recordó que “en el colegio estábamos orgullosos de tomar el Colacao, echabas una cucharada a la leche y se convertía en chocolate: eso es tecnología. Luego salíamos y comprábamos unos caramelos que se llamaban Chupa Chups; la primera excursión que hice me monté en un autobús y ponía la marca Irizar (un carrocero guipuzcoano). Empecé a trabajar en la tercera ciudad de China, que tenía 15 millones de habitantes y no tenía metro, y para construirlo utilizaron una tuneladora española. Y una empresa llamada Técnica Reunidas desarolló un proyecto para convertir la basura en electricidad. Todo eso es tecnología y es el futuro”. Por todo ello, Wang suscribió una frase de su hija refiriéndose a España: “Este país me mola”.

Posteriormente intervino su homólogo para Europa, Walter Ji, quien comparó la situación de Huawei con la fábula de Yu Gong Yi Shan, un mito muy conocido en China: un anciano de 90 años que vivía aislado junto a dos montañas que obstruían su camino y empezó a desmontarlas con pico y pala. La gente le dijo que era imposible, y que moriría antes de acabar siquiera una mínima parte, pero él replicó que sus hijos seguirían su tarea, y luego los hijos de sus hijos, y así durante generaciones. Conmovidos, los dioses ordenaron a las montañas separarse. Ji lo puso como ejemplo de la perseverancia que ha convertido a Huawei en un líder mundial de las telecomunicaciones.