El equipo comenzó con una serie de estudios con células madre para ver si la cafeína estimularía la grasa parda. Una vez que encontraron la dosis correcta, pasaron a los humanos para ver si los resultados eran similares. Usaron una técnica de imagen térmica, que previamente habían sido pioneras, para rastrear las reservas de grasa marrón del cuerpo. La técnica no invasiva ayuda al equipo a localizar la grasa parda y evaluar su capacidad para producir calor.
«De nuestro trabajo anterior, sabíamos que la grasa marrón se encuentra principalmente en la región del cuello, por lo que pudimos visualizar a alguien inmediatamente después de tomar una bebida para ver si la grasa marrón se calentaba --explica el profesor Symonds--. Los resultados fueron positivos y ahora debemos considerar a la cafeína como uno de los ingredientes del café que actúa como estímulo o si hay otro componente que ayude con la activación de la grasa marrón. Actualmente estamos considerando los suplementos de cafeína para evaluar si el efecto es similar. Una vez que hayamos confirmado qué componente es responsable de esto, podría potencialmente usarse como parte de un régimen de control de peso o como parte del programa de regulación de la glucosa para ayudar a prevenir la diabetes».