Esta es la nueva pirámide alimenticia: más cereales integrales y menos carnes rojas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

cedida

Cobran importancia las legumbres y se introducen en la base los estilos de vida saludables

19 sep 2019 . Actualizado a las 17:29 h.

Ha contado con el consenso de todas las sociedades científicas de atención primaria. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha presentado una guía de alimentación saludable en la que se recogen todas las recomendaciones nutritivas, de preparación, e incluso las interacciones que algunos fármacos tienen con los alimentos. Y como punto de partida se sitúa la nueva pirámide alimenticia, diferente a la que hace décadas los niños estudiaban en su clase de ciencias. Primero, porque en la base no hay alimentos, sino hábitos. Entre cuatro y seis vasos de agua al día, 60 minutos de actividad física, técnicas culinarias saludables o equilibrio emocional. 

Después, los cereales y las legumbres tiernas como base de la alimentación. Pero en este punto hay un cambio importante respecto a lo que ocurría años antes. Y es que los expertos sitúan solo cereales integrales o pan de grano entero. «El cereal, lo más integral posible. El refinado se hace por su sabor y porque tiene una período de caducidad mayor, pero el pan blanco es solo energía, mientras que el de masa madre y grano entero es un alimento probiótico per se, genera valor añadido», explica Javier Aranceta, coordinador de la guía y presidente del comité científico de la SENC. 

Otro cambio en relación a la pirámide es que las carnes rojas suben, es decir, debe reducirse su frecuencia, así como los ultraprocesados, que están en la cúspide. Diferentes son las blancas como pavo o conejo, que se sitúan al lado de los lácteos y el pescado. El cerdo, aclara Aranceta, es carne roja, aunque el solomillo podría considerarse blanca por su composición. 

Pero no todas las carnes son iguales. Aranceta pone un ejemplo, «un jamón de bellota cien por cien es un olivo con patas». Con esta afirmación el profesional hace hincapié en la importancia de la alimentación de los animales que comemos, «todo lo que sea humanizar la agricultura para que su alimentación sea mejor va a mejorar la composición». Incluso en el caso de los ultraprocesados, el coordinador de la guía no demoniza. «Si se hiciesen mejor, aunque costasen algo más, no serían tan malos». En cuanto a las legumbres, cobran importancia en la pirámide al nivel de lácteos y pescado. 

Más tiempo en la cocina, menos en el ambulatorio

Las recomendaciones de los médicos son claras, más tiempo comprando y en la cocina implican menos tiempo en el ambulatorio. Y añade Aranceta una frase de Hipócrates de Cos, «que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento». España, no obstante, puede presumir de dieta. Un informe de la Fundación Bloomberg refleja que es el estado más saludable del mundo, y un artículo de la prestigiosa revista científica Lancet, publicado en abril, destaca que las dietas más protectoras de la salud son la francesa, la italiana y la española. De hecho España tiene la menor mortalidad estandarizada por cien mil habitantes atribuible a la dieta. 

Estos son los claros de la alimentación española, pero también hay oscuros, fundamentalmente la obesidad, que en Galicia alcanza el 25 % de la población adulta. 

La guía se dirige a los profesionales de la atención primaria, y Aranceta asegura que el próximo paso será ofrecer a los médicos una app para el móvil en el que puedan consultar todos los contenidos de la guía e incluso actualizarlos.

Cuidado con el zumo de pomelo

Otro de los capítulos de la guía se refiere a la interacción que hay entre determinados fármacos y alimentos. No es que sean incompatibles, pero debe cuidarse y consultarse su relación. Y entre ellos destaca sobre todo el zumo de pomelo, que interacciona con multitud de medicamentos, como algunos antihistamínicos, antidepresivos, antimicóticos, antivirales, carbamazepina o benzodiacepinas. En este listado también aparece la leche, la soja o el ajo. Y en general muchos medicamentos tienen recomendaciones específicas en cuanto a su consumo, porque deben tomarse antes, después, con las comidas o sin ellas.