No obstante, un reciente estudio ha puesto de manifiesto que todavía tiene más peso o influencia en la posición adoptada para dormir el tamaño corporal. Así, los animales pequeños tienden a dormir boca abajo, apoyados en el pecho. Mientras que los más grandes y voluminosos prefieren descansar yaciendo sobre un costado, de lado, lo que permite una posición más cómoda y relajada de las patas.
Al respecto de los roedores, aunque lo apuntado hasta aquí sugiere que descansan boca abajo -como mi esposa-; muchos alternan esta postura con un sueño ligero sentados sobre las patas traseras. Lo que a efectos humanos vendría a ser una reparadora cabezadita en la silla o el sofá.