«Andresito»: la nueva especie de crustáceo bautizada así en homenaje a un dibujante de La Voz de Galicia

SOCIEDAD

Un equipo de investigadores encontró en el Cantábrico asturiano ejemplares de la ya conocida como «Astacilla andresmeixidei», cuyo nombre rinde homenaje a Andrés Meixide, autor de la viñeta Thom

18 jun 2019 . Actualizado a las 16:30 h.

Lo prometió hace casi diez años y ahora ha cumplido. El catedrático de Biología Marina de la Universidad de Alcalá, Juan Junoy, uno de los cuatro investigadores que están detrás del descubrimiento y descripción de una nueva especie de crustáceo descubierta en el Cantábrico asturiano, explica orgulloso cómo con este hallazgo pudo saldar un compromiso realizado en el 2009 al dibujante de La Voz de Galicia, Andrés Meixide, por el que le garantizaba que intentaría bautizar a una nueva especie con su nombre. Así, los nuevos ejemplares localizados a 525 metros de profundidad en el área marina protegida de El Cachucho se conocen como Astacilla andresmeixidei en homenaje al autor de las viñetas Thom, publicadas diariamente en La Voz. El pequeño tamaño de la nueva especie (unos crustáceos isópodos adaptados a una vida arbustiva sobre gorgonias marinas) ha provocado que reciban el nombre común de «andresito».

El propio catedrático de Biología aclara el porqué y el inicio de la promesa dada. Fue en el 2009 cuando un proyecto dirigido por Junoy permitió descubrir en el parque nacional de las Illas Atlánticas al Lineus acutifrons, una especie de gusaro marino que se consideraba extinguido desde 1913. Se trataba de un invertebrado nemertino, es decir, con una trompa con la que capturaba a sus presas, unas características que sorprendieron al gallego, quien no dudó en amplificarlas en una viñeta que cautivó al investigador. «Era el primer dibujante que recogía el descubrimiento y que lograba con su humor que todos nos riésemos», recuerda con simpatía.

Viñeta de Thom del año 2009
Viñeta de Thom del año 2009 Andres Meixide

Fue a raíz de esta publicación y de un email anual (por Navidad) con el que mantenían el contacto cómo surgió la promesa de bautizar con el nombre de Andrés Meixide a alguna especie, una posibilidad con la que, como explica el investigador, cuentan los zoólogos. Junoy apunta cómo, a partir de unas sencillas reglas, tienen la facultad de denominar a las nuevas especies con el nombre de un lugar (recuerda, por ejemplo, el caso de Tetrastemma fozensis, un gusano marino de la ría de Foz), con una característica o con el nombre de un amigo, una opción finalmente escogida. Como otras normas esenciales para que una especie sea aceptada como nueva, según las normas del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICNZ), están la de ser depositada en un museo y la de aparecer publicada en una revista científica, algo también realizado.

Hace tres meses Junoy comunicó su elección al dibujante gallego, quien no salía de su asombro. Andrés Meixide reconoce que cada año reclamaba con ironía «¿Dónde está mi especie?» en su email navideño, una petición que nunca pensó que se fuese a materializar. De ahí la monumental sorpresa y alegría. «Es una de las cosas que más me han hecho ilusión en la vida», aclara. «Es un honor pasar a la posteridad por el nombre de un bicho de tres milímetros», añade con orgullo, no sin pasar por alto que siempre pensó que en todo caso daría su nombre a un «gorrino», en referencia al personaje protagonista de sus viñetas. Meixide, ya en tono serio, aprovecha para reflexionar en alto sobre la escasa cobertura que se le da en las viñetas de humor a los hallazgos científicos y no duda en confirmar que este año conocerá en persona al catedrático de Biología Marina y que viajará hasta Madrid, hasta el Museo Nacional de Ciencias Naturales, para admirar («y hacerse un selfi») con los «andresitos». 

Crustáceos adaptados a una vida arbustiva

La nueva especie de crustáceo, que presenta «interesantes adaptaciones», como aclara la Universidad de Alcalá en un comunicado, ha sido descubierta a 525 metros de profundidad en el área protegida de El Cachucho, en el Cantábrico asturiano. Los «andresitos» son crustáceos isópodos adaptados a una vida arbustiva, si bien a esa profundidad ese aspecto no lo dan las plantas, sino las gorgonias, enmarcadas comúnmente entre los corales blandos.

Gorgonias a 525 metros de profundidad en El Cachucho
Gorgonias a 525 metros de profundidad en El Cachucho

Mientras que la mayoría de los isópodos tienen un cuerpo rechoncho, poco diferenciado, y con siete pares de patas iguales, la nueva especie, como aclara Junoy, presenta adaptaciones a la vida sobre las gorgonias. El cuerpo adopta una forma de «L», debido a que su segmento central ha crecido desmesuradamente. El brazo corto de esa «L» lleva tres pares de patas robustas que le permiten asirse fuertemente a las ramas, resistiendo así las corrientes del fondo. Además, las patas anteriores, que son más largas y flexibles, «han perdido su función locomotora» pero son utilizadas «a modo de cedazo», para capturar las partículas alimenticias que arrastran las corrientes, según un comunicado del centro universitario.

«Astacilla andresmeixidei», hembra (A); macho (B)
«Astacilla andresmeixidei», hembra (A); macho (B)

El género al que pertenece el crustáceo presenta un «fuerte dimorfismo sexual», con machos de menor tamaño y hembras que alojan en su dilatado segmento central los huevos, que crea una cámara que protege a su prole.

En este sentido, las hembras «presentan una mayor ornamentación», con espinas y tubérculos, en cambio, los machos son «mucho más discretos».

La investigación realizada por los expertos no solo determina la morfología de la nueva especie, sino que, además, incluye un estudio detallado de la gorgonia del género Placogorgia, sobre la que vive. Este análisis se completa con el estudio de marcadores moleculares tanto de la especie de isópodo como de la gorgonia.

Andrés Meixide reinterpreta el cuadro de Rembrandt «Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp»
Andrés Meixide reinterpreta el cuadro de Rembrandt «Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp»

En el hallazgo y posterior descripción han participado investigadores de la Universidad de Alcalá, el Museo de Okendo, el Instituto Español de Oceanografía y el británico Natural History Museum.